Mercedes Sosa falleció esta madrugada dejando a la música popular argentina sin su máxima voz, sin ese canto profundo y mágico que como pocos logró poner en superficie los valores del arte contemporáneo latinoamericano. Ver video "Como la Cigarra"
El talento interpretativo de esta tucumana nacida el 9 de julio de 1935, permitió que las obras musicales de este lado del mundo encontraran un cauce mágico para llegar a personas de todo el planeta.
Capaz de abrir la boca para cantar y decirlo todo, Mercedes se formó
estéticamente dentro del Movimiento del Nuevo Cancionero, una corriente
renovadora del folclore, surgida en la provincia de Mendoza y que
compartió con Armando Tejada Gómez, su esposo Manuel Oscar Matus y Tito
Francia.
Desde entonces, con el debut discográfico con
“Canciones con fundamento” (1965) y con la magia de su canto, consiguió
hacer conocer y trascender un repertorio nuevo y socialmente
comprometido.
Esa ligazón con lo social le valió transformarse
en una voz brillante capaz de traducir los pesares del pueblo con
testimonios como "Canción con todos" "Cuando tenga la tierra" y "La
Navidad de Juanito Laguna" y los discos “Homenaje a Violeta Parra” y
“Hasta la victoria”.
Por aquellos cautivó al público europeo y
estadounidense y se vinculó con Ariel Ramírez quien inmediatamente le
propuso ser la voz de "Mujeres Argentinas", trabajo que recién se
corporizó luego de la aparición de la emblemática "Zamba para no morir".
Reconocida
por sus dotes interpretativas pero sin renunciar a lo testimonial, su
posición resultó inaceptable para aquellos que apostaban al silencio y
al terror y hacia 1979, tras publicar "Serenata para la tierra de uno"
y ser detenida en la ciudad de La Plata junto con todo el público que
había ido a escucharla, viajó a París y en 1980 se afincó en Madrid.
Recién
pudo regresar a los escenarios argentinos el 18 de febrero de 1982 y en
el porteño teatro Opera realizó una docena de impactantes recitales que
compartió con León Gieco, Charly García, Antonio Tarragó Ros, Rodolfo
Mederos y Ariel Ramírez y que quedaron plasmados en el álbum "Mercedes
Sosa en Argentina".
Ya con el regreso de la institucionalidad
democrática y lejos de quedarse quieta, se puso como desafío seguir
abriendo puertas con la decisión de sumar nuevos autores
latinoamericanos a su repertorio y así impulsó a los entonces no tan
conocidos trovadores cubanos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.
Tampoco
dejó de parar la oreja a las nuevas expresiones del folclore y, por
ello, registró obras de incipientes creadores como Víctor Heredia,
Teresa Parodi, Antonio Tarragó Ros, Raúl Carnota y Peteco Carabajal,
entre otros.
Con el mismo espíritu abierto y audaz, no tuvo
reparos en acercarse a artistas del rock local (como los ya citados
Gieco y García, pero también a Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Pedro
Aznar, Gustavo Santaolalla, Alejandro Lerner y David Lebón) a los que
además integró a espectáculos y placas que ganaron reconocimiento en
gran parte del planeta.
Esa gran presencia en los tablados del
mundo, le permitió ser convocada por grandes de la talla de Luciano
Pavarotti, Sting, Lucio Dalla, Nana Mouskouri, Tania Libertad, Joan
Baez, Andrea Bocelli, Silvio Rodríguez, Alfredo Kraus, Pablo Milanés,
Milton Nascimento, Caetano Veloso, Chico Buarque, Gal Costa, Nilda
Fernández, Pata Negra, David Broza, Luz Casal, Cecilia Todd e Ismael
Serrano.
De la mano de ese trabajo constante y consecuente fue
justamente considerada una suerte de embajadora de la canción argentina
que no cejó en esa tarea ni en estos últimos años cuando su salud
empezó a mostrar cierto agotamiento.
Aún así, en 2005 y bajo la
batuta de Chango Farías Gómez, protagonizó el magnífico álbum “Corazón
libre” que, a partir de la canción de Rafael Amor, entregó un valioso
testimonio editado por el sello alemán Deutsche Grammophon.
Duende
Garnica, Demi Carabajal, Jorge Fandermole, el dúo Orozco-Barrientos,
Coqui Sosa, Marcelo Perea y Alberto Rojo, son algunos de los nuevos
creadores que, como tantos otros cantantes y músicos, pueden dar cuenta
de esa práctica integradora y multiplicadora encarnada por Mercedes.
La
apuesta que vino a cerrar esa tendencia histórica, se plasmó en el
formato comercial de los dispares “Cantora I y II” que, entre otros, la
unió con Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Caetano Veloso, Shakira y
Calle 13.
A modo de cierre de ese trabajo doble y de una tozuda
determinación de vida, el segundo volumen de “Cantora” remata con una
versión folclórica del Himno Nacional Argentino.
Como una
metáfora de su vida y de su obra, la canción nacional la compartió con
Franco Luciani, Tilín Orozco, Alberto Rojo, Motta Luna, Sebastián
Garay, María Eugenia Fernández, Fernando Barrientos, Bruno Arias, Jesús
Hidalgo, Bebe Ponti y Duende Garnica.
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