Manuel Zelaya conversó con un enviado del gobierno de facto para negociar la salida a la crisis de Honduras quien le ofreció que Micheletti salía del poder siempre y cuando lo asumiera alguien distinto a él. Para Zelaya "ellos me ofrecen cosas que no me interesan".
Los candidatos presidenciales de Honduras, junto a la Iglesia y otros sectores del país, iniciaron ayer un proceso de diálogo para acercar las posiciones del régimen de facto y del presidente constitucional destituido.
El presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, anunció ayer jueves el rechazo a la propuesta del delegado del gobierno de facto de Roberto Micheletti para una salida negociada a la crisis, pues implicaba que no se condenara el golpe de Estado que lo derrocó en junio pasado y que una persona, distinta a él, asumiera la presidencia del país centroameriocano.
En declaraciones a una radio paraguaya, Zelaya quien se encuentra en la embajada de Brasil en la capital hondureña, Tegucigalpa, señaló que Roberto Micheletti le propuso una salida que implica no repudiar el golpe de Estado que se produjo en el país.
Después de casi una hora de conversaciones entre Zelaya y el envíado de Micheletti, el presidente expuso que "ellos me ofrecen cosas que no me interesan".
El plan consistía en que el presidente constitucional hondureño dejara sin efecto todas las denuncias sobre lo acontecido el 28 de junio (día en que fue derrocado) y en estos casi tres meses desde el golpe en su contra, y además aceptara que otra persona, distinta a él y a Micheletti, asumiera el poder.
Zelaya explicó que el delegado de Micheletti no se identificó cuando llegó a la sede de la embajada para realizar la negociación, algo que Zelaya consideró como inaceptable.
Tras negarse a esta propuesta, Zelya dijo no haber recibido más contactos con personas del gobierno de facto.
Desde que Zelaya fue forzado a abandonar el poder, y se instaló el gobierno ilegal de Micheletti, se han ordenado acciones contra miles de personas que exigen el retorno del mandatario. Represiones, asesinatos, heridos, amenzas, toques de queda, desabastecimiento de alimentos, son algunas de las consecuencias de la ruptura del hilo constitucional.
15 horas hacia la patria
Manuel
Zelaya recordó a la emisora que su recorrido para llegar a Tegucigalpa
se demoró más de 15 horas. Detalló que recibió solidaridad de los
países centroamericanos y así pudo planificar su estrategia.
Relató su travesía por las fronteras y afirmó haber utilizado varios medios de transportes y varias operaciones, sin embargo no ahondó más sobre el asunto.
El presidente Manuel Zelaya describió el cerco militar que se ha instalado alrededor de la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
"Hay un régimen fuerte de terror, los militares rodean la cuadra, desalojaron la zona adyacente, allanaron casas y utilizan aparatos electrónicos de alta frecuencia para bloquear nuestras comunicaciones", agregó.
De igual forma dijo que las personas que se encuentran dentro del lugar, periodistas, diplomáticos, entre otros, son víctimas de intimidación y de privación de la libertad. Denunció que no pueden salir ni entrar al recinto, así como tampoco les puede llegar comida.
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