Un nuevo modelo de ciencia basado en la integración del conocimiento ancestral de las comunidades originarias fue reivindicado ayer por el viceministro del área de Bolivia, lo que generó una gran adhesión e interés entre las autoridades latinoamericanas reunidas en Buenos Aires en el marco de un foro regional de discusión de esta temática.
El planteo de Roger Carvajal Saravia apunta a revisar el concepto de "desarrollo", difundido durante siglos por Occidente para, en cambio, avanzar hacia un modelo de ciencia y tecnología que se ponga al servicio "del buen vivir" de las comunidades de la región y del mundo.
"Hay una nueva manera del ver el mundo, a través de otras rutas de acceso al conocimiento y al pensamiento complejo, como las emprendidas por las comunidades indígenas de nuestra región. ¿O acaso ciencia es sólo el conocimiento con rigor científico?" preguntó Saravia, viceministro de Ciencia y Tecnología de Bolivia.
Mientras tanto, un auditorio formado por las más altas autoridades de América latina y el Caribe escuchaban sus palabras y aprobaban visiblemente este nuevo modelo "al servicio del bienestar colectivo, en el marco del II Foro Regional sobre Ciencia y Tecnología que se realiza en Buenos Aires hasta el viernes.
Para Saravia, la definición de "ciencia" es una convención, por lo que invitó a revisar ese modelo y "a reivindicar el conocimiento ancestral de los originarios, que resolvieron técnicamente tantos desafíos sin dañar la ecología".
El boliviano recordó que hubo un tiempo en el que el hombre vivió en armonía con la naturaleza.
"No había hambrunas y la población de la región era más numerosa que ahora", describió, mientras explicaba a la audiencia que los originarios sembraban una semilla para obtener una planta "lo que se tradujo en una relación de 100 semillas a una planta cuando apareció la tecnología de Occidente" con todo el daño que eso provocó.
Tras sus palabras, el ministro argentino de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, también rescató la tecnología de los indígenas que supieron respetar la naturaleza y además cumplieron con "una función social".
"En América latina había una tecnología desarrollada en función de lo social, capaz de satisfacer las necesidades alimentarias de una población que era numéricamente superior a la actual y de mantener una agricultura sostenible", precisó Barañao.
En este sentido, el ministro recordó que los sistemas de agricultura sostenible estaban organizados en terrazas y vinculados a la astronomía, que por medio de laboratorios predecían los fenómenos en función de las cosechas.
"Ese contrato social entre la ciencia y la población que pretendemos instalar ahora, como novedad, existía hace miles de años", dijo Barañao.
Para el anfitrión, la clave es transformar información en riqueza y convertir conocimiento en puestos de trabajo.
En sintonía, el viceministro boliviano consideró que el paradigma actual debe ser "la construcción colectiva del conocimiento en función del buen vivir".
"Vivir bien no es vivir mejor, porque vivir mejor implica que otros lo hagan peor. Vivir bien sólo se logra con un conocimiento construído colectivamente. Estamos buscando desmantelar semánticamente la palabra desarrollo", dijo Carvajal Saravia, al afirmar que ese concepto fue impuesto por Occidente en el marco de
la conquista de América.
"El cambio de paradigma también implica un nuevo modelo de Estado, el de las comunidades", señaló el funcionario.
El II Foro sobre Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación (CyT) se propone revisar las metas planteadas en la Conferencia Mundial de Budapest de 1999.
Duante estos dos días de debates y mesas redondas elaborará un documento con miras a la próxima reunión internacional que tendrá lugar en la misma ciudad de Hungría, en noviembre. (Télam).
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