El despertador del celu sonó muy temprano. La música preferida inundó la pieza. Todavía no había amanecido. Seis horas desde que se acostó, pero no había dormido más de tres. La ansiedad lo tuvo mal todo el día y la noche. El domingo solo chateó, comió y envió mensajes de texto. Era su día y su primer festejo en el cerro.
-¿Seguro vas al cerro?- fue lo primero que mandó - Si, ahí te veo - le contestaron y desde ese instantes supo lo que era el cosquilleo en el estómago.
Alguna vez escuchó a su hermana mayor comentar sobre eso y la curiosidad lo envolvió. Nunca entendió las explicaciones que le dieron sobre esa sensación. Pero después de recibir el mensaje de ella, la dueña de la sonrisa más linda y los ojos más soñadores, supo que son las cosquillas en la panza.. El Día del Estudiante el indicado para decirle cuanto le gusta y que quiere tener algo con ella. Seguro que será su primera novia. Se vistió, saludó a su gente que con sonrisas cómplices lo miraban, mientras guardaba los sanguches, gaseosa y el MP3 en la mochila. Todos estaban felices.
El 21 de setiembre, en el almanaque está señalado como el inicio y el Día de la Primavera. Pero, para muchos es el Día del Estudiante. Ese que permite hacer casi todo y que pone a aquellos que lo festejan con un estado de ánimo indescriptible, difícil de explicar. Se piensa, planea , se hace todo y el día parece corto.
Ayer miles de estudiantes coparon las zonas verdes, del Jardín de la República, con sus coloridos vestuarios, peinados de diversas formas, arreglando o desarreglando esos pelos aliados a la rebeldía de la edad. Música, cantos, caminatas, bailes, abrazos, chamuyos, guitarras, bebidas inundaron la provincia.
Estudiante, la parte de la vida que más alegrías, satisfacciones y descubrimientos tiene. Así lo entienden quiénes transitan esa maravillosa e inolvidable época , de cualquier ser humano.
Tucumán dejó sus pálidas, para llenar de carcajadas las calles de la provincia. Ríos de chicos y chicas, recorrieron desde temprano todos esos lugares que les permite el desparpajo, habilitado por la edad. Esa donde la vida importa mucho y se la cuida poco, esa donde la responsabilidad se piensa y se practica poco, la de sueños, de erotismo constante, de eterno enamoramiento, de llantos de felicidad , tristezas o broncas, esa , la vida plena.
Más adelante vendrán las concreciones o no de los proyectos, la consolidación de los amores, la experiencia, la nostalgia , pero el Día del Estudiante, siempre tendrá un lugar especial en los recuerdos..
Mi primera novia, mi único novio, el primer beso, el sexo semipleno y los amores que se harán dueños de los pensamientos felices e inolvidables.
No hay vida mejor que la de la adolescencia sobre todo esa que se vive los 21 de setiembre, cuando se festeja El Día del Estudiante.
Daniel A. Villalba
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