La Paz, 8 set (ABI) - El presidente Evo Morales, en camino a la reelección y favorito para ganar los comicios generales de diciembre, plantará cara a dos frentes de derecha y uno de centro, además de tres fuerzas marginales que podrían purgarse este mismo martes por defectos de su improvisada conformación.
De acuerdo con el resultado de los sondeos de percepción preelectoral elaborados por la estadounidense Gallup, una de las firmas mejor reputadas en estudios políticos y demoscópicos del planeta, el acaudalado empresario del cemento y la comida rápida, Samuel Doria Medina, y el prefecto revocado de Cochabamba, un ex militar de ultraderecha, Manfred Reyes Villa están en condiciones de acaparar votos en segmentos de clase adinerada en regiones hegemonizadas por la derecha empresarial boliviana.
Reyes Villa, responde a la línea más
dura del Partido Republicano de Estados Unidos, y que se ha juntado con
el ex prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, sumariado y detenido por
la matanza de campesinos amazónicos.
Exponente de la línea dura de la derecha boliviana, Reyes Villa ha
sido acusado en 2002 de guardar vínculos con la Secta Moon y ese año
alcanzó el tercer lugar en las elecciones bolivianas, detrás del ahora
presidente Evo Morales y del ex presidente ultraliberal Gonzalo Sánchez
de Lozada, a quien se alió en función de gobierno.
La agrupación política que postula a Reyes Villa y Fernández,
reúne, a su vez, a 18 fuerzas conservadoras provenientes de todas las
tendencias de derecha cuyo mayor exponente en Bolivia es Sánchez de
Lozada, que enfrenta desde su refugio en Estados Unidos un juicio de
responsabilidades por la muerte en 2003 de 67 civiles, además de las
heridas por bala causadas a otros 500.
Morales, que viene de nacionalizar los sectores estratégicos de la
economía boliviana y, por tanto, de revertir, la política privatista
instrumentada por Sánchez de Lozada entre 1993 y 1997, tendrá en Doria
Medina, carta de la derecha boliviana más moderada a otro aspirante
presidencial.
Entre ambos no juntan, sin embargo, ni la mitad de la intención de
voto medida por la estadounidense Gallup, experta en encuestas, a fines
de agosto pasado.
A mediados de agosto anterior, Morales recibía una convicción de
voto entre el 48 y 52%, en los márgenes del caudal que recibió y que
lo instaló sin trámites en la silla presidencial a principios de 2006.
El mandatario, que rozó la Presidencia en los comicios de 2002,
viene de ganar las elecciones de 2005 con el 54% de los votos.
Tres años después volvió a ser mandatado con el 67% del electorado
boliviano que le renovó en el gobierno en un referendo revocatorio.
Entre una y otra, a mediados de 2006, su partido, el Movimiento Al
Socialismo, ganó con el 52% otra consulta democrática para la Asamblea
Constituyente.
De acuerdo con Gallup, Doria Medina recibió en agosto pasado 10% de
adhesiones y Reyes Villa, antes de cooptar a Fernández y de rodearse de
la mayor parte de las fuerzas conservadoras, el 8%.
A la sombra de la carrera electoral quedaron los expresidentes
Jorge Quiroga (2001-02) y Carlos Mesa (2003-2005), además del ex
vicepresidente indígena Víctor Hugo Cárdenas (1993-97), este último
ante la imposibilidad de fraguar un frente único de centroderecha
contra Morales.
La cuarta fórmula en competencia lidera el ex alcalde de Potosí,
René Joaquino, un descendiente de indígenas que también se ha plantado
contra Morales.
Joaquino, autoproclamado político de tercera vía, acapara un
marginal 3% de la intención de voto y parece encontrarse más lejos de
Morales que de Doria Medina y Reyes Villa.
El reservorio electoral de Joaquino se encuentra en su natal
Potosí, de mayoría indígena y mestiza, donde Morales ha ganado en las
últimas cinco consultas populares con votaciones que orillan el 80% de
los sufragios.
Las restantes cuatro fórmulas presidenciales se perfilan como poco influyentes en el electorado boliviano.
Un dirigente campesino y ex diputado vinculado a Reyes Villa, Alejo
Véliz, se ha puesto en carrera electoral, en paralelo a la ex senadora
Ana María Flores, también envuelto en el proyecto político del prefecto
y ex capitán de Ejército.
En la misma línea de piso que los dos anteriores, aparece un ex
fiscal de origen indígena aymara, Remy Choquehuanca, y un líder
campesino Román Loayza, disidente del partido de Morales.
En las encuestas expuestas por Gallup, ninguno de los cuatro
aparece con muestras significativas para considerarlos en la pugna por
el control del Senado, donde se centrarán, de acuerdo con coincidentes
opiniones de analistas locales de todas las tendencias, los fuegos de
la elección de diciembre.
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