El instinto maternal, ese con el que nacen o que se forja en todas las mujeres, pareciera en algunos casos estar ausente. Y el caso de Milagros es un claro reflejo de una mujer que no encontró otra salida que arrojar a su beba. Pero, existen otras situaciones complejas, en que la historia de las mujeres que engendran quizás está cargada de dolor, de carencias, de inmadurez de falta de diálogo con la familia.
Ayer, en La Maternidad recibieron a Guadalupe, una beba que fue entregada por su madre, de tan solo 15 años.
No es casual que Milagros lleve ese nombre. El pasado miércoles una joven de 22 años, decidió arrojar a su beba de tan solo una hora de vida, al patio de un edificio contiguo al que ella se encontraba. Afortunadamente esta recién nacida se encuentra estable, en neonatología de La Maternidad. El caso nos shockeó a todos, incluso a los médicos quienes, a diario, deben enfrentarse a bebés sin identidad, sin padres, sin amor.
Ayer, Guadalupe tampoco pudo recibir el primer abrazo de su vida por parte de su madre. Una jovencita de tan solo 15 años, dio la cara ante los médicos del nosocomio y dijo “no puedo criar a mi hija”. Médicos y enfermeros no encontraron respuesta, según dijeron, a esta afirmación por lo que solo tendieron a abrazar a la pequeña Guadalupe.
Autoridades de La Maternidad informaron que, si bien en las últimas 72 horas 3 bebés fueron abandonados (presuntamente por sus madres), este tipo de hechos son notablemente inferiores a los registrados años anteriores.
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