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Homenajes a Julio Ardiles Gray en la Facultad de Artes

"El 2 de mayo de 1984, Julio Ardiles Gray, en el aula B, de nuestra Facultad, acompañado por el Rector Normalizador Salinas, con breves pero significativas palabras, después del Rector, dió por inaugurada la primer clase de la flamante Escuela de Teatro. El 19 de agosto, falleció en Buenos Aires a los 87 años. Teatrista antes que funcionario, dramaturgo antes que propulsor del Consejo Provincial de Difusión Cultural y del Teatro Estable, crítico y teórico teatral, promotor incansable. Exigente, irónico, bregaba por la formación de los actores y la excelencia en la producción espectacular.

Consiguió con su impulso la creación del Seminario de Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, en 1958, hito trascendente que culminó en 1984 con la creación de la Escuela de Teatro, hoy Licenciatura, dictada en el Departamento de Teatro de la Facultad de Artes. Nos dejó, pero nos queda su pasión trasformada en obras. ¡Gracias, Julio! Hasta siempre". Juan Tríbulo, docente de la Facultad.

Párrafo del libro de Juan Tríbulo dedicado al desaparecido mentor de la Escuela de Teatro, hoy Licenciatura, que se dicta en la Facultad de Artes:  
"Juan Carlos Gené, Luis Ordaz y Julio Ardiles Gray presentaban sus respectivos libros, que reunían varias obras teatrales de cada uno, publicadas por el Centro Editor de América Latina. ¿Quien me señaló que debía estar en el lugar indicado? En esa reunión coincidían tres “astros”: Gené, uno de mis primeros maestros; Ordaz, coordinador del ciclo de semimontado del Cervantes y a la vez autor de Nuestro teatro de siempre, obra que había reestrenado (1983); y un periodista, dramaturgo y literato tucumano, Ardiles Gray, residente en Buenos Aires desde hacía dos décadas, que había aportado Mariana, mi esposa, a nuestro círculo de amigos. ¿En el momento justo? Era diciembre de 1983.

Todos vivíamos la euforia de tener un presidente elegido democráticamente, después de largos años de sangrienta dictadura. ¿Y decir lo apropiado? Mi estado emocional de permanente excitación esperanzada – como el de la gran mayoría en ese momento crucial del país – me llevó a expresar en esa reunión mi adhesión total al planteo de Raúl Alfonsín, nuestro flamante presidente: descentralizar la cultura. Y agregué que me gustaría – como buen provinciano – entregar a las provincias lo que le había “rapiñado” a la fagocitante Capital, pues para eso me había preparado como actor en la UBA y como profesor en la ENAD – que me había instrumentado no solo como docente sino como director

Muy poco tiempo después, Ardiles Gray me llamó para contarnos que lo habían designado asesor del Rector Normalizador de la Universidad Nacional de Tucumán, el profesor Luis Eduardo Salinas, quien le había encomendado elaborar un proyecto de Escuela de Teatro para implementar durante su gestión. Además, como recordaba mis dichos en la presentación de los tres libros, me pidió que le aportara ideas para la elaboración de ese proyecto. Ardiles planteó la estructura de la Escuela y sus posibles reglamentos y conexiones con un futuro elenco de extensión universitaria.

Recurriendo a mis experiencias como alumno y revisando planes y programas de mis trayectos de aprendizaje elaboré un plan de estudio que integramos a la estructura. Al enviarlo a Tucumán, sabiendo que yo contaba con titulaciones apropiadas para ser admitido como docente en la universidad, Ardiles adjuntó mi currículum vitae". (De Stanislavski-Strasberg. Mi experiencia de actor con la emoción en la escena, Juan Tríbulo, Atuel UNT, 2006..