La Paz, ago 13 (ABI) - El presidente Evo Morales responsabilizó el jueves sin ambages a la “derecha neoliberal” boliviana por los atentados con explosivos que la víspera dejaron en La Paz siete heridos, dos de gravedad, la acusó de contratar pistoleros peruanos y advirtió, incluso, que se trata de una estrategia destinada a abortar las elecciones pautadas para el 6 de diciembre en Bolivia.
“La derecha atenta para echar la culpa. No es cualquier atentado. Es bien planificado para poder confundir a la población o para echar la culpa al gobierno (..) Posiblemente con este tipo de actitudes están pensando parar las elecciones nacionales”, denunció el mandatario durante una rueda de prensa dictada en el presidencial Palacio Quemado, en La Paz.
“Son atentados de los mismos opositores
para echarme la culpa. Este atentado viene de ese grupo terrorista
separatista” desbaratado por la Policía en un hotel de Santa Cruz a
mediados de abril pasado y encabezado por un avezado mercenario
boliviano húngaro croata, Eduardo Rózsa.
“Ellos preparan (y ejecutan los atentados) para echarnos la culpa”, sostuvo.
Morales, que se dijo solidario con la familia de su aliado, el
líder de la activista Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam),
Fidel Surco, cuya esposa Arminda Colque (35) resultó con graves
lesiones en uno de los dos atentados registrados el miércoles en La
Paz, denunció también que sus opositores, al no poder hacerle frente en
el terreno electoral, han contratado mercenarios de nacionalidad
peruana para “atentar contra la vida”, desestabilizar su gobierno y
minar los comicios venideros.
“Las semanas pasadas contrataron unos peruanos. No son simples
delincuentes. Son grupos de mercenarios o terroristas. Eso, por
supuesto, es pagado” por sus opositores, a los que no individualizó,
afirmó el gobernante.
Morales, que habló de las coaliciones que gobernaron en el pasado
reciente el país, un cóctel de liberales, conservadores, populistas y
socialdeócratas, planteó sus sospechas sobre la presencia furtiva de ex
comandantes de las Fuerzas Armadas bolivianas, claramente identificados
con intereses foráneos y abiertamente emplazados contra su
administración.
“Hay algunos ex comandantes del Ejército que andaban en esta clase
de actos, por supuesto gente comprometida con la venta de misiles” a
Estados Unidos, en octubre de 2005, durante el gobierno transitorio del
magistrado Eduardo Rodríguez Veltzé, tejida, supuestamente, por un
grupo de militar, hoy en la reserva.
Morales hizo notar que la Policía, que el martes dio con una banda
internacional de asaltantes, encabezada por un peruano en la ciudad
central de Cochabamba, halló, en poder de los antisociales, un arsenal
y, entre pistolas y revólveres, confiscó explosivos y, lo más
llamativo, fusiles de alta precisión con miras telescópicas.
“Hay delincuentes con armamento sofisticado” y se han munido de
esas armas no para “quitar un (teléfono) celular” a un transeúnte, o
“asaltar un banco”, hizo notar el mandatario a quien una serie de
estudios de percepción política e intención de voto otorgan, a menos de
cuatro meses de las elecciones bolivianas, un amplio triunfo, por más
de 40 puntos sobre un lote de hasta ocho competidores.
“No se sienten capaces para que democráticamente puedan definir
esto”, dijo en relación al modelo de Estado y sociedad plantado por su
gobierno y que se dirimirá en las urnas el 6 de diciembre que viene.
Morales puso todos los acentos en el caso de una ciudadana
estadounidense que, a mediados de 2008, fue detenida en aeropuerto
boliviano en posesión de 500 cartuchos para arma de largo alcance.
Dijo que “hay familias, hay partidos (políticos) que no aceptan que el movimiento popular pueda conducir el país”.
El dignatario, que hizo una reseña de cerca a 20 atentados con
bombas registrados en el país andino desde que asumió el gobierno en
enero de 2006, se refirió, puntualmente, al que, montado en un sobre de
carta, mutiló a la esposa de Surco y que estaba dirigido al dirigente
social.
“Esa bomba no era para la esposa (de Surco) era para Fidel”,
deploró, al tiempo de pedir a los dirigentes sociales bolivianos tomar
todos los recaudos de seguridad personal y de encarecer, al Ministerio
de Gobierno, redoblar la seguridad ciudadana.
El atentado que dejó al borde de la muerte a Colque y que dista de
otro, también registrado en La Paz al mediodía del miércoles contra las
oficinas de un empresario constructor vinculado en el pasado al partido
del ex dictador y presidente conservador Hugo Banzer, Edgar Gutiérrez,
envuelto en problemas de alcoba, “tiene carácter político” y se plantea
en la perspectiva de las elecciones de fin de año, insistió el
Presidente.
El viceministro de Interiores, Marcos Farfán, dejó entrever un afán
distractivo en la “carta-bomba” enviada a Gutiérrez y que terminó
lesionando a dos oficiales de policía.
El atentado contra el líder de la Conalcam y la nueva escalada de
violencia emprendida contra su gobierno, “es un tema de carácter
político, ideológico y cultural”, subrayó, al tiempo de denunciar una
nueva campaña contra su administración, del mismo corte de la que se
descompuso entre agosto y setiembre de 2008 y que estaba destinada a
tumbarlo del gobierno, conocida como golpe cívico prefectural
orquestado por prefectos y líderes opositores de Santa Cruz, Pando,
Beni, Tarija y, ese entonces, Cochabamba.
“Después que fracasaron en el (referendo) revocatorio (en el que
cosechó 67% de los votos) y en el golpe cívico prefectural lo que les
toca es atacar la vida de los dirigentes”, enfatizó.
“Cuando no pueden (en la arena electoral) lo que están haciendo
(sus opositores) es apelar al terrorismo. Ahora nos damos cuenta
quiénes son los verdaderos terroristas”, deploró.
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