Tras un comienzo durante el cual se produjeron algunos duros cruces en el centro del ring que preanunciaban un retroceso en el marco integrador del MERCOSUR, en primer término, pero también de Suramérica y del conjunto de la América Latina, las cosas se encarrilaron en sentido opuesto y la “XXXVII Cumbre del MERCOSUR” desarrollada en la capital paraguaya significó un trascendente salto cualitativo en cuanto a resolver cuestiones concretas que hacen a las prioridades de la región.
Hubo varios responsables de dicho giro. En primer lugar hay que citar a la presidenta argentina Cristina Fernández quién con un discurso político cambió de plano la visión quasi fatalista que se había observado el día anterior. De una batalla por temas comerciales y similares entablada el día anterior en el encuentro de Consejo del Mercado Común, unificó los criterios en la cuestión política vinculada con la defensa del sistema institucional a partir del golpe de estado en Honduras mediante la necesidad de reponer en su cargo al presidente Manuel Zelaya, y en la solución a un problema como la pandemia de la Gripe A que afecta a 170 países del planeta Tierra.
Si bien hubo algunos que minimizaron los temas como los cancilleres
de Colombia (sobre todo) y del Perú en la defensa de la
constitucionalidad en Honduras y sus riesgos de propagación y del
presidente uruguayo Tabaré Ramón Vázquez, apelando a su condición de
médico oncólogo, en cuanto a que había que preocuparse más por el
tabaquismo que por la Gripe A, ya que mueren muchas más personas por
día por aquél que por ésta, el resto, en forma unánime aprobó las
propuestas de Cristina.
Pero hubo otras intervenciones
trascendentes, como la del presidente boliviano Juan Evo Morales Ayma.
Este avaló la postura de la presidenta argentina y profundizó el
análisis de los problemas de la región en referencia con los intereses
de sectores fundamentales en el manejo del poder en los Estados Unidos
de América, como el negocio de la guerra, que sobrepasan las posturas
que pueda sostener el presidente Barack Hussein Obama.
Además,
la gestión de Evo Morales al frente del gobierno boliviano fue
ampliamente reconocida por la mayor parte de los partícipes de la
Cumbre, sobre todo habida cuenta de que se trata del país de la región
que más está incrementando su Producto Interno Bruto (PIB) en el marco
de la crisis mundial. Para este año se espera un crecimiento de más del
cuatro por ciento.
Pero no sólo fueron de gran trascendencia
los documentos relacionados con los planteos argentinos, sino que,
además, se dieron importantes avances en resolver algunas cuestiones
bilaterales, como las que mantienen el Perú y Bolivia por la
presentación del primero de una cuestión contra Chile por la soberanía
marítima de la zona fronteriza entre ambos países; disputa que obstruye
los avances de una negociación chileno-boliviana para dar una salida al
mar al país del Altiplano.
Asimismo los cancilleres peruano
y boliviano analizaron el problema planteado con el otorgamiento de
asilo político por parte del Perú a prófugos de la justicia boliviana
que los investiga por diversos actos ilícitos cometidos durante sus
gestiones en anteriores administraciones.
La presidenta
chilena Michelle Bachelet avanzó con firmeza en algunas cuestiones con
su par paraguayo Fernando Armindo Lugo Méndez. Amén de una cuestión
menor como un problema planteado alrededor del embajador paraguayo en
Santiago de Chile, un punto central fue la venta de electricidad
paraguaya a Chile en el orden de los 200 kilowatios. Algo para lo cual
se hizo necesario el visto bueno argentino que ya lo había dado en su
momento la presidenta Cristina Fernández, ya que se necesita un
mecanismo de triangulación con la Argentina en el medio.
Pero
lo más significativo en estos acuerdos bilaterales fue el logrado entre
el anfitrión Lugo y el presidente brasilero Luiz Inácio Lula Da Silva
alrededor de la reformulación de la explotación de la mayor represa
hidroeléctrica del mundo, la de Itaipú. Los gobiernos paraguayos venían
bregando por ello desde hace varios lustros sin éxito, al punto de que
un acuerdo establecido en 2005 debió ser dejado de lado cuando no lo
habilitó el parlamento en Brasilia.
Si bien esta vez también
está de por medio el Congreso brasilero las expectativas son mucho más
favorables. Lula, según la información reservada a la que tuvo acceso
MERCOSUR Noticias, se comprometió con Lugo en que, llegado el caso,
podía emitir una MP (Medida Provisoria, similar a los decretos de
necesidad y urgencia -dnu- de la Argentina) para acelerar los plazos,
aunque luego la misma debiera ser considerada por los legisladores.
Mediante
este acuerdo el Paraguay obtuvo claras mejoras en la explotación de
Itaipú ya que, como arranque, percibirá 360 millones de dólares
estadounidenses anuales, en lugar de los actuales u$s 120 millones
actuales como bonificación especial por la energía no utilizada y que
si aprovecha el Brasil. Pero además se encontrará con dos puentes que
se harán con cargo al Brasil, al igual que un canal de navegación de
Itaipú, el trascendental ferrocarril que cierra el recorrido bioceánico
entre Paranaguá (Brasil) y Antofagasta de la Sierra (Chile) y otra
serie de beneficios, entre los cuales adquiere trascendencia la
revisión de la deuda paraguaya con el Brasil por Itaipú que hará la
gestión Lugo y revisará la gestión Lula.
En cuanto a los
problemas a solucionar en el marco comercial regional, por último, tras
los directos y ganchos iniciales, hubo avances, como el acuerdo
argentino-brasilero para revisar el comercio bilateral que lleva 72
meses favorable para el gigante suramericano; o el compromiso
brasilero, en el marco del acuerdo de Itaipú, de favorecer la
importación de bienes paraguayos con mayor valor agregado. Del mismo
modo hubo coincidencias en cuanto al comercio zonal en monedas locales,
tal como ya hacen la Argentina y el Brasil, aunque ahora tendrán que
instrumentarse los mecanismos vía los respectivos bancos centrales.
Lo
que quedó sin resolver, a pesar de los acuerdos que se habían logrado
en la capital uruguaya, sede del Parlasur, fue avanzar en el sistema de
proporcionalidad. En la actualidad el Parlasur está integrado por 72
diputados, 18 de cada país miembro pleno (Argentina, Brasil, Paraguay y
Uruguay), más otros 18, con voz pero sin voto, de Venezuela.
El
acuerdo fijaba pasar a 37 para el Brasil, 26 para la Argentina y los
mismos 18 para el Paraguay y el Uruguay, con un cambio también previsto
para cuando se produzca la incorporación plena de Venezuela. Sin
embargo el Uruguay impidió que se concretase la propuesta a raíz de que
rechaza la creación de un Tribunal Arbitral del MERCOSUR, la cual
estaba ligada a la reestructuración del Parlasur. De todas maneras
dentro de un mes habrá nuevas conversaciones sobre el particular,
aunque se descuenta que poco se podrá hacer en la materia hasta que no
se realicen las elecciones presidenciales uruguayas, en las que en el
marco del MERCOSUR se apuesta a una victoria del frenteamplista José
“Pepe” Mujica, habida cuenta de que el opositor Luis Lacalle, ex
presidente postulado por el Partido Nacional (Blanco) ya ha puesto de
manifiesto su postura contraria a este proceso regional.
Por Fernando Del Corro (x)
(x) Enviado especial. Desde Asunción del Paraguay. Periodista, historiador graduado en la Facultad de Filosofía y Letras (FyL) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), docente en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UBA en "Historia Económica Argentina" y subdirector de la carrera de "Periodismo económico" y colaborador de la cátedra de grado y de la maestría en "Deuda Externa", de la Facultad de Derecho de la UBA. Asesor de la Comisión Bicameral del Congreso Nacional para la Conmemoración del Bicentenario 1810-2010. De la redacción de MERCOSUR Noticias.
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