El presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, aseguró ayer que permanecerá en la frontera de Nicaragua con Honduras, a la espera de que las autoridades de facto contesten a su solicitud de ingresar al país, luego de haber permanecido en territorio hondureño unas dos horas.
"Estoy esperando un recado que le mandé a los golpistas", indicó Zelaya en declaraciones recogidas por medios locales, aunque dijo desconocer cuánto tiempo tendrá que esperar la respuesta.
A su regreso a Nicaragua, Zelaya, dijo que sigue en la línea fronteriza
y en diálogo con "asesores de los golpistas" para que lo dejen entrar a
su país, al tiempo que aseguró que es un hombre con "uso de razón" y
que no quiere ser causa de violencia, según consignó la agencia de
noticias ANSA.
"Estoy en contacto con varios miembros que son
asesores de los golpistas y están en conversaciones. Ellos saben que no
pueden gobernar con el presidente exiliado y el pueblo en contra, hasta
han tenido que asesinar gente", sostuvo.
"No quiero ir a
provocar y que ellos tengan que dispararme y que me asesinen porque el
problema va a empeorar. Tengo uso de razón, no quiero ser la causa de
esa violencia. Vengo desarmado y quiero demostrarles que soy un hombre
de buena voluntad", aseveró.
Zelaya hizo estas declaraciones
mientras la policía reprimía del lado hondureño para dispersar a los
manifestantes que de ese lado de la frontera esperan a su mandatario.
Tras
dos horas de permanencia en Honduras, Zelaya volvió a Nicaragua ante la
ratificación del gobierno de facto de la orden de arresto en su contra
y "para organizarnos" porque "ya se siente el sabor de una nueva
victoria y la salida de los golpistas", aseguró.
Luego de la
incursión en territorio de Honduras, Zelaya habló ante varios
centenares de sus seguidores a quienes convocó a "organizarnos" y
"esperar al resto de los compañeros que están viniendo" para regresar a
su país, porque "si ustedes están firmes yo estoy más firme", aseguró.
El
mandatario depuesto pasó la línea de la frontera a las 14:23 (17:23 de
Argentina), se presentó ante el coronel a cargo de la aduana de Las
Manos y pidió hablar con jefes de las Fuerzas Armadas.
"Vine a
la frontera, dije que puedo pasarla y la pasé, le dí la mano (al
coronel) y le pedí comunicación con el Estado Mayor, a quien le voy a
pedir rectificación porque no pueden gobernar" en el marco de un golpe
de Estado, dijo el mandatario depuesto a la prensa a poco de ingresar a
Honduras.
El paso a pie por la frontera fue cubierto en vivo por
la cadena regional de TV Telesur, la estadounidense CNN en Español y el
Canal 7 de Buenos Aires, entre otros medios, con lo que Zelaya
consolidó un hecho político de fuerte impacto mediático.
Al poco
rato, el gobierno de facto hondureño ratificó que arrestará al
presidente Zelaya si ingresa al territorio nacional, cosa que ocurrió,
ya que tiene orden de captura emitida por tribunales de justicia.
Un
par de horas más tarde, Zelaya regresó al lado nicaragüense de la
frontera, luego de que el viceministro de Seguridad del gobierno de
facto, Mario Eduardo Perdomo, informara que ya estaba listo el
dispositivo policial para ejecutar la orden, reportó la agencia DPA.
Por
su parte el jefe de las fuerzas policiales, comisionado Manuel Excoto
Salinas, apuntó que su cuerpo tiene la estrategia diseñada para darle
captura al presidente.
Cuando el presidente Zelaya se encontraba
en las inmediaciones de la aduana de la localidad de Las Manos, pero
todavía en territorio nicaragüense, una multitud de unas 4.000 personas
fue atacada por efectivos del Ejército cuando intentaban superar
retenes que le impedían reunirse con el mandatario constitucional a la
salida de la localidad hondureña de El Paraíso.
Al menos dos
heridos de bala era el saldo del ataque del Ejército y la Policía a los
miles de manifestantes que marchaba a recibir al presidente Zelaya en
la localidad de El Paraíso.
El corresponsal de CNN en español
informó que al iniciarse el estado de sitio anunciado por el presidente
de facto Roberto Micheletti a partir de las 12 locales (15 de
Argentina) en las zonas de frontera, militares y policías atacaron a
balazos y con gases lacrimógenos a los manifestantes que marchaban
hacia la aduana de Las Manos a la salida del pueblo de El Paraíso.
El
periodista agregó que otro grupo militar cercó a la multitud por la
retaguardia y un tercer retén se desplegó por uno de los costados en
calles del poblado.
En la descripción de la situación, el
corresponsal precisó que la manifestación estaba constituida por
familias enteras, hombres, mujeres y niños, desarmados, algunos de los
cuales contestaron con piedras el ataque de las fuerzas de seguridad.
Finalmente destacó que los manifestantes se dispersaron en búsqueda de resguardo por el ataque, pero no se retiraron del lugar.
En
tanto, el presidente Zelaya afirmaba en proximidades de la localidad
hondureña de Las Manos que sectores de derecha de Estados Unidos apoyan
el golpe en su país, no el gobierno del presidente Barack Obama, y que
si es "apresado" al ingresar generarán la "indignación" del pueblo.
"También
hay personajes de Estados Unidos como Otto Reich y algunos senadores
estadounidenses apoyando el golpe (en Honduras) no tengo la menor duda;
no el presidente (Barack) Obama, quien fue muy claro", afirmó Zelaya
aún en territorio nicaragüense, pero a metros de la frontera con su
país.
Agregó que su retorno es pacífico, pero que si es apresado
por los golpistas lo único que conseguirán es "aumentar la indignación
del pueblo, porque nunca fui enjuiciado y los militares me sacaron de
mi casa a las 5 de la madrugada (el 28 de junio)" para echarme a Costa
Rica.
Según el mandatario, "el fondo del problema es que un
grupo de elite hondureña, económico, se opone a las reformas que yo he
planteado".
Entre esas reformas sociales de su gobierno Zelaya
enumeró el "aumento del salario mínimo de los trabajadores; el derecho
al seguro social obligatorio para las mujeres; que no hubiera monopolio
en el mercado de los combustibles".
"Se oponen a las reformas y
como no pude concertarlas con la empresa privada empezaron a hacer
demandas, por eso pedí que le consulten al pueblo, que pusieran una
’cuarta urna’ (para ver si se aprobaba una reforma constitucional) y se
opusieron", dijo.
El mandatario depuesto afirmó que la "cuarta
urna" se trataba de una "encuesta de opinión pública no vinculante,
simple, con base legal en una ley; pero eso no es motivo para dar un
golpe".
En tanto, el presidente costarricense Oscar Arias, quien
ha actuado como mediador en la crisis hondureña, sostuvo hoy que el
ingreso de Zelaya a territorio de su país "no es el camino para logar
la reconciliación" en esa nación.
En conferencia de prensa,
Arias dijo que la mejor opción para superar la crisis es el Acuerdo de
San José que él presentó a las partes el miércoles, y que las partes
pongan "un poquito de voluntad para llegar a un acuerdo".
En el
mismo sentido se pronunció el secretario general de la Organización de
Estados Americanos (OEA), quien señaló que "la mediación sigue siendo
el camino".
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