La comisión intentará dialogar con las organizaciones internacionales y con el Parlamento norteamericano para lograr una salida a la crisis provocada por el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya. El mandatario destituído tiene programada mañana una reunión con la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Por Horacio Raña, para Telam
El gobierno de facto de Honduras envió este lunes una comisión especial
hacia Washington para tratar de iniciar un diálogo con organizaciones
internacionales y con el Parlamento de aquel país, tendiente a lograr
una salida a la crisis política provocada por el golpe de estado del 28
de junio contra el presidente Manuel Zelaya.
Se trata de la
primera jugada de este tipo luego del anuncio hecho este domingo por el
presidente interino, Roberto Micheletti, quien anticipó que buscarían
"caminos de entendimiento" con todos los países del continente.
En
realidad se trata de una maniobra obligada por las circunstancias,
luego de observar que todos los gobiernos del mundo lo aislaron
políticamente y que la bravuconada de amenazar con encarcelar a Zelaya
si éste regresaba, debieron cambiarla este domingo por una increíble
negativa a que aterrice su avión cuando observaron que más de 100 mil
personas habían burlado los cercos militares y estaban esperándolo en
el aeropuerto.
En otra decisión incomprensible -que se suma a
la cadena de muchas que se viven en este país- el gobierno resolvió
este domingo cerrar todas las estaciones aéreas.
Y aunque
Micheletti lo desmintió en la conferencia de prensa previa al frustrado
regreso de Zelaya, la realidad es que este lunes no pudo decolar ni
aterrizar avión alguno en suelo hondureño.
En realidad hubo
una excepción: el que transportó a la misión especial hacia Washington
encabezada por el candidato presidencial del partido Demócrata
Cristiano de Honduras (PDCH); el ex sindicalista Felicito Avila, y que
también integra el ex fiscal general Leónidas Rosa Bautista; y el ex
canciller Guillermo Pérez-Cadalso, entre otros.
El embajador
de Honduras en Estados Unidos, Roberto Flores Bermúdez, se sumará a la
comisión en la capital estadounidense. Anoche, en la conferencia de
prensa brindada en El Salvador por Zelaya y los presidentes de
Argentina, Paraguay, Nicaragua, El Salvador y Ecuador, el secretario
general de la OEA, José Miguel Insulza, aseguró que está dispuesto a
proseguir "todas las gestiones diplomáticas que correspondan para
obtener el objetivo", que no es otro que "cumplir con las normas que
todos los países han adoptado".
Por su parte, Zelaya viajó
también a Washington donde buscará apoyo para retornar al poder, para
lo que ya tiene programada una reunión este martes con la secretaria de
Estado, Hillary Clinton. La comisión enviada por Micheletti, en cambio,
no tiene fijado encuentro alguno.
En tanto y tras la
multitudinaria marcha realizada este domingo al aeropuerto
internacional, los seguidores de Zelaya volvieron a manifestarse este
lunes por las calles de esta ciudad capital, aunque en menor número.
La
premio Nóbel de la Paz, Rigoberto Menchú, y activistas de derechos
humanos, denunciaron la violenta represión protagonizada por las
fuerzas militares.
Por medio de un comunicado, la misión
humanitaria guatemalteca denominada "Por la democracia y derechos
humanos Guatemala-Honduras" señaló que la violencia contra la población
civil va "en aumento" y que la masiva manifestación que se opone al
golpe y que esperaba el arribo de Zelaya en el aeropuerto Toncontín,
"fue agredida con bombas lacrimógenas y disparos por las fuerzas
armadas hondureñas".
"Inicialmente, fuimos testigos de la
ejecución extrajudicial de uno de los manifestantes, el cual fue
identificado como Isis Obed Murillo, de 19 años de edad"; también
"(recibimos) versiones de que posiblemente otros dos manifestantes
también fueron ejecutados por la acción de las fuerzas de seguridad",
añadió la denuncia.
No obstante todas las evidencias, el
ministro de Defensa, Adolfo Lionel Sevilla, aseguró este lunes que la
bala que mató al citado joven "no salió de un arma militar", mientras
el comisionado Nacional de los Derechos Humanos -un funcionario que
responde al gobierno de facto- dijo que los militares no causaron la
muerte de Murillo porque "el ejército sólo usó balas de hule (goma)".
La
vida en Honduras, a pesar de todo, parece continuar como si nada
sucediera. O casi, porque los comercios, los taxistas y todo aquel que
de un modo u otro está relacionado con las ventas o servicios, ya
comienza a levantar su voz contra el toque de queda que rige desde
temprano en el país.
Y quienes estamos aquí de paso por
trabajo o turismo, porque los aeropuerto no operan. A pesar de que
estamos lejos de que estalle una guerra civil.
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