La búsqueda de la verdad como fuerza liberadora, como soporte ético imprescindible para sobrellevar el transcurso de una vida, está en el centro de esta novela magistral, que tras permanecer en el olvido durante más de cincuenta años fue rescatada por la prestigiosa editorial italiana Adelphi y se colocó rápidamente en el primer puesto de las listas de libros más vendidos de Italia.
Editorial: Salamandra. Páginas: 192. Precio: $54.
La tremenda exactitud de su prosa,
apenas atemperada con un barniz de refinada melancolía, unida
a la vigencia de sus propuestas morales, sitúa a Sándor
Márai entre los grandes escritores europeos de este siglo. Un
pequeño castillo de caza en Hungría, al pie de los
Cárpatos, donde alguna vez se celebraron elegantes veladas y
cuyos salones decorados al estilo francés se llenaban de la
música de Chopin, ha cambiado radicalmente de aspecto.
El
esplendor de antaño ya no existe, todo anuncia el final de una
época. Dos hombres mayores, que de jóvenes habían
sido amigos inseparables, se citan a cenar tras cuarenta años
sin verse. Uno ha pasado mucho tiempo en Extremo Oriente, el otro, en
cambio, ha permanecido en su propiedad. Pero ambos han vivido a la
espera de este momento, pues entre ellos se interpone un secreto de
una fuerza singular. Todo converge en un duelo sin armas, aunque tal
vez mucho más cruel, cuyo punto en común es el recuerdo
imborrable de una mujer. La tensión aumenta, línea tras
línea, hasta que se hace casi insoportable, pero la prosa
continúa, implacable, precisa, fiel reflejo del empeño
de los protagonistas por hurgar hasta en lo más recóndito
de sus almas, allí donde se encuentran esas verdades cuyo
descubrimiento provoca, al mismo tiempo, un insoslayable dolor y un
incontenible impulso vital.
Sándor Márai nació en 1900 en Kassa, una pequeña ciudad húngara que hoy pertenece a Eslovaquia. Pasó un periodo de exilio voluntario en Europa durante el régimen de Horthy en los años veinte, hasta que abandonó definitivamente su país en 1948 con la llegada del régimen comunista y emigró a Estados Unidos.
La subsiguiente prohibición de su obra en Hungría hizo caer en el olvido a quien en ese momento estaba considerado uno de los escritores más importantes de la literatura centroeuropea. Así, habría que esperar varios decenios, hasta el ocaso del comunismo, para que este extraordinario escritor fuese redescubierto en su país y en el mundo entero. Sándor Márai se quitó la vida en 1989 en San Diego, California, pocos meses antes de la caída del muro de Berlín.
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