Se trata de “Coser para afuera un oficio de alto riesgo”, escrita y dirigida por el maestro Leonardo Goloboff. Se estrena el sábado a las 22 en el Círculo de la Prensa. “Si logramos estimular que el público piense y dejamos algunos interrogantes a debatir por el espectador, habremos cumplido el objetivo”, indicó en una interesante entrevista.
“La obra busca entretener y divertir”, dijo Golo.
Coser para afuera un oficio de alto riesgo, “es un momento en la historia de alguien que intenta suprimir a su ex-mujer y encarga la tarea a un sicario. Su trayectoria se cruza, por azar, con dos costureras de edad dispar que terminan mezclando sus vidas con la del presunto asesino. A partir de esta circunstancia, se ponen en acción los engranajes del "sálvese quien pueda" y el encuentro deviene en desencuentro”, comentó a TucumánHoy el destacado director Leonardo Goloboff.
La obra se estrena el sábado a las 22 en el Círculo de la prensa. También estará en cartelera los domingos. Integran el elenco Mariana Ezcurra, Marisol Méndez y Juan Tríbulo. El tratamiento del espacio y la ambientación son del director y de Cynthia Pamela González. La asistencia de dirección y la regencia de escena están a cargo de Mario Ramírez y la puesta en escena de Leonardo Goloboff. Se trata de la décima producción propia del Equipo teatral Dominó.
¿De qué se trata la
puesta?, preguntó este cronista al incomparable director.
Primero debo aclarar que la puesta en
escena demanda un ámbito pequeño, con muy buena
vinculación comunicante entre platea y escena, con capacidad
para 43 o 45 espectadores, cómodos y con excelente
visualización desde cualquier ángulo.
La propuesta es una obra de 'tono menor', un melodrama con rasgos de humor, de carácter intimista en lo formal, con un tratamiento casi naturalista y virtualmente minimalista que está demandando una proximidad como la buscada. La idea pasa por 'meter al espectador' en el taller de costura - ámbito principal de la acción - para desplazar su condición de observador a cómplice y cuasi encubridor, acudiendo inclusive a que uno de los personajes directamente lo interpele, prescindiendo de la llamada 'cuarta pared'. Por eso preferimos una reducción de la cantidad de espectadores por función a expensas de una mayor cantidad de funciones y una más larga permanencia en cartelera.
Tus obras siempre nos hacen pensar, reflexionar. “Algunos detalles de la escenografía, apartándose del realismo y no pretendiendo imitar nada, así como algunos subrayados lumínicos y de sonido, intentan connotar una teatralidad bien manifiesta y una producción de sentido más vasta que la que podría agotarse en la mera anécdota. En el grupo nos decimos que si logramos estimular que el público piense, 'algo más me están queriendo decir con todo esto', y dejamos algunos interrogantes a debatir por el espectador, habremos cumplido el objetivo”, explicó apasionadamente.
Otras característica de tus obras es el cuidado en el texto. En este caso el texto, no tiene una estructura clásica (por lo menos no lo es en sentido aristotélico), sino fragmentaria, “a saltos”, con interpolaciones, flashes, esquicios y escenas casi autónomas, sin ataduras a las unidades de lugar y tiempo, de modo que el espectador termina por armar el relato en su propio imaginario, cerrando también un final que se le presenta abierto.
Entonces, ¿a qué
aspira la obra?
Básicamente a entretener y a
divertir. Si se le agrega algún valor será bienvenido y
correrá por cuenta del espectador.
¿Desde qué lugar están
pensados los personajes?
La obra no solicita ni disculpas ni
condenas para ninguno de los personajes. Todos tienen sus propias
razones, congénitas o derivadas de la estructura
socio-cultural que las explica y las contiene. Como ocurre en nuestra
realidad actual, el crimen no paga... ni al autor le corresponde
abogar porque así sea. A lo sumo, el juego de inmoralidades e
hipocresías sobre las que está montado nuestro
particular modo de vida, nos sorprende a veces con alguna trampa que
desbarata los proyectos y las fantasías de los transgresores
que se salen de los códigos impuestos, pretendiendo cierta
autonomía. Porque todo seguirá su curso, inalterado.
Los cimientos de ésta, nuestra sociedad, no se conmueven. Y de eso se trata, justamente. Se puede robar, traficar, delinquir, asesinar. Está todo permitido a condición de que no se atente en serio ni de fondo contra las bases del sistema. Tal vez, con palabras de Hannah Arendt, ya hayamos naturalizado “la banalización de lo perverso”.
El Grupo Dominó viene de presentar varios éxitos como Personalmente, Einstein y El chico de la última fila. “Por ejemplo con El chico de la última fila, el promedio de espectadores de las 36 funciones realizadas arrojó una cifra cercana a las 100 entradas pagas, debiendo bajar de cartel sólo por compromisos previos de la sala y de una integrante del elenco. Personalmente, Einstein, por su parte, transita ya las 150 funciones desde su estreno en el año 2003, y mantuvo siempre un promedio similar o inclusive superior al anterior”, indicó Golo, como lo conocemos quienes los admiramos.
Sebastián Ganzburg
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