Un equipo internacional de investigadores identificó once variaciones en el ADN que intervienen en la regulación de los niveles de la presión sanguínea. De acuerdo con los autores de ese estudio, que analizaron muestras genéticas de 30 mil pacientes, el conocimiento obtenido contribuye a entender los mecanismos biológicos que se ponen en juego en la hipertensión arterial. Agencia CyTA – Instituto Leloir
En la Argentina, los especialistas de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) estiman que el porcentaje de hipertensos asciende al 30 por ciento entre la población adulta.
Y enfatizan que tener altos valores de presión arterial representa peligros reales y potenciales para el corazón, las paredes de las arterias, los riñones y el cerebro.
Asimismo la SAHA indica que las personas hipertensas tienen un alto riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, que en caso de no ser directamente fatal, puede provocar un daño neurológico irreversible, cuyas secuelas pueden dar paso a una parálisis total o parcial, o una grave merma cognitiva tal como la pérdida del lenguaje (afasia). Por eso advierten la necesidad de mantener controlada la presión sanguínea en niveles adecuados.
Interacción entre genes y ambiente
La hipertensión arterial resulta de la interacción del ambiente con un conjunto de genes que confieren riesgo y/o protección, señalan los expertos en el tema.
Es sabido que una de las claves para reducir la morbilidad asociada con la hipertensión arterial consiste en mantener un peso adecuado, no fumar, hacer actividad física y consumir poca sal. Todas estas medidas contribuyen mantener un buen control de la presión arterial. Pese a la disponibilidad de este conocimiento, que debería ser tenido en cuenta por la población, los expertos advierten que el grado de riesgo y la forma más apropiada de mantener controlada la presión dependen de las características de cada persona.
Con respecto a las variables genéticas, la revista científica Nature Genetics revela que un equipo internacional de científicos halló once variaciones en el ADN que juegan un papel importante en la regulación de los niveles de la presión sanguínea. Entre esas variaciones identificaron cambios en el gen ATP2B1, asociado a la presión sanguínea y a la hipertensión.
Para llegar a la identificación de esos genes, los investigadores de la Universidad Johns Hopkins, de Estados Unidos, y otros centros de investigación de Islandia y Holanda, analizaron y compararon secuencias genéticas de muestras de 30 mil pacientes con diferentes niveles de presión sanguínea.
Estos hallazgos pueden conducir a la mejora de los tratamientos de la hipertensión así como también al desarrollo de sistemas tempranos de detección, señala el doctor Aravinda Chakravartim del Instituto de Medicina Genética de la Universidad Johns Hopkins. Asimismo el experto opina que para comprender los mecanismos biológicos de la hipertensión arterial es preciso seguir investigando a fin de identificar más genes –que aún no han sido descubiertos- involucrados en la regulación de la presión sanguínea.
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