Así, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial busca potenciar el trabajo que vienen desarrollando cunicultores de Buenos Aires, Córdoba y Neuquén.
En los últimos años, su demanda en el mercado internacional incentivaron la generación de criaderos y cooperativas en distintas regiones del país.
El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) desarrolló
alternativas tecnológicas para promover la cadena de producción y valor
de la piel de conejo, de manera de potenciar el trabajo que vienen
desarrollando cunicultores de Buenos Aires, Córdoba y Neuquén.
"Este
sector -especialmente los pequeños emprendedores dentro de la cadena de
valor de la piel de conejo- requiere el fortalecimiento de dicha
cadena, incluyendo el eslabón de la curtiembre", señalaron los
integrantes del Centro de Cueros del INTI.
En los últimos años,
la demanda de carne de conejos en el mercado internacional y la de
cueros para la elaboración de diversas manufacturas incentivaron la
generación de criaderos y cooperativas en distintas regiones del país.
La
elaboración de cueros y sus manufacturas constituye una posibilidad
para mantener rentable la actividad, ante las actuales dificultades
para la exportación de la carne.
Para ello, el organismo oficial
trabaja en el estudio del procesamiento de la piel de conejo con y sin
pelo, y en la vinculación con productores para incentivar el desarrollo
de los eslabones de manufactura y comercialización.
Además, en
el marco del Programa del INTI de Unidades Productivas Tipo (UPT) -que
consiste en diseñar y desarrollar modelos de emprendimientos
económicamente sustentables-, el Area de Tecnología de Producción del
Centro INTI-Cueros diseña una instalación tipo para la elaboración de
cueros de conejo.
Y para potenciar y enaltecer las aplicaciones
del pelo y del cuero depilado terminado, el Programa de Diseño del
Instituto puso a disposición sus conocimientos y experiencias en el uso
de la lana de oveja de menor calidad para elaborar diferentes artículos.
Muestras
de pelo fueron enviadas a artesanos de Córdoba para probar la
factibilidad de ser hilado y su posterior uso en la elaboración de
tejidos, con resultados alentadores al lograr ser hilado y tejido junto
a lana de oveja.
A partir de este desarrollo, el Centro
INTI-Cueros se propone apuntalar la generación de una red regional de
cunicultores con el fin de replicar cadenas de valor en las diferentes
zonas del país.
A su vez, el contacto dinámico con los
productores -sobre todo de las localidades de Bordenave y Berisso-
permitió mantener el flujo de pieles necesario para sostener el
desarrollo de estos procesos, para los cuales se utilizaron, en el
transcurso de un año, aproximadamente 2.000 pieles de conejo.
Además
de los cunicultores de las localidades indicadas, el Centro de Cueros
está llevando a cabo actividades con productores de las localidades de
Capilla del Monte, Córdoba; de Lobos, Alberti y La Plata, Buenos Aires;
y de Neuquén.(Télam).
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