Dado que las termitas y las hormigas son consideradas buenos indicadores del estado ecológico de los ecosistemas, investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste estudian su composición y diversidad en la reserva de Colonia Benítez, en Chaco, lugar representativo del ambiente natural conocido como Chaco Húmedo. Agencia CyTA-Instituto Leloir / UNNE. Por José Goretta).
Está en curso un estudio para determinar la composición y los roles ecológicos de las comunidades de termitas y hormigas de la reserva de Colonia Benítez en Chaco, lugar representativo del ambiente natural conocido como Chaco Húmedo.
Una investigación similar se realiza en otro ambiente característico de la región, el Parque Nacional Mburucuyá. La investigación la dirige un equipo de científicos de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).
El proyecto se inició este año y comprende un análisis de la fauna de termitas y hormigas presentes en la Reserva Natural Educativa “Colonia Benítez” del Chaco, lugar elegido por poseer un alto valor biológico y mantener intacta una muestra representativa del ambiente natural conocido como Chaco Húmedo o Chaco Oriental, que en la región ya desapareció o ha sido alterado.
“La idea es disponer de muestras sobre termitas y hormigas en ambientes representativos de la región, pues no sólo se trata de insectos poco estudiados, sino que revisten gran interés como indicadores ecológicos” comentó María Celina Godoy, directora del proyecto que además integran los investigadores Enrique Laffont, Gladys Torales, Juan Manuel Coronel y Constanza Gómez Lutz.
Este grupo de trabajo ya ha realizado estudios referidos a aspectos taxonómicos, morfoanatómicos, biológicos y poblacionales de termitas y hormigas en la Argentina, en especial en la región nordeste. Con este trabajo, más otro efectuado en el Parque Nacional Mburucuyá, se busca continuar y profundizar esta línea de investigación que permite aportes actualizados sobre este tipo de insectos.
Godoy explicó que algunos grupos de insectos terrestres y acuáticos son considerados como buenos indicadores del estado ecológico de los ecosistemas. Esto se debe a que desempeñan roles claves, por ejemplo debido a su participación en el reciclaje de nutrientes, en la remoción del suelo, en la propagación de las plantas mediante polinización y dispersión de semillas, en la alimentación de vertebrados insectívoros, y otras funciones que contribuyen a mantener la composición y estructura de las comunidades vegetales y animales.
Entre los grupos considerados como buenos indicadores de alteraciones en ambientes terrestres se incluyen precisamente a las termitas y las hormigas. El análisis de sus comunidades permitirá obtener evidencias de las posibles consecuencias de la fragmentación y aislamiento sobre la estructura de estos ambientes.
“Con este tipo de investigaciones pretendemos caracterizar la composición y estructura de las comunidades de termitas y hormigas, y determinar los roles ecológicos que cumplen estos insectos en la zona donde tienen sus hábitats y contribuir de esta manera a evaluar el estado de conservación del área” sostuvo la directora del estudio.
En el caso de la reserva “Colonia Benítez”, explicó, hasta el momento existen inventarios parciales de la flora y de la fauna de vertebrados en esa área, pero sobre las comunidades de insectos y otros invertebrados la información es casi inexistente. Por ello, surgió el propósito analizar los grupos de hormigas y termitas circunscribiendo el estudio, en primera instancia, al ambiente “selva en galería”, uno de las unidades ambientales más importantes de toda la región.
Al respecto, dijo que los aportes científicos que se efectúen serán las primeras contribuciones al conocimiento de termitas y hormigas de la Reserva Colonia Benítez, pero además permitirán establecer comparaciones con otras zonas de la región previamente analizadas” señaló Godoy.
Explicó que si bien los ecosistemas de la reserva están aparentemente poco alterados, el reducido tamaño, el aislamiento de la misma y el hecho de que se halle rodeada de ambientes dedicados mayormente a actividades agropecuarias, “hace que puedan producirse fragmentaciones y alteraciones en los ecosistemas y en los ensambles de organismos que ellos albergan”.
El estudio se lleva a cabo mediante la aplicación de protocolos estandarizados de muestreo para los dos grupos de insectos seleccionados, que consisten en el trazado de bandas de muestreo, recolección manual y colocación de trampas. Los ejemplares recolectados serán identificados y asignados a los diferentes grupos funcionales establecidos para termitas y hormigas.
Se espera que la información recogida sea luego analizada y sistematizada, para que pueda ser empleada por otros grupos de estudio.
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