La principal problemática que afecta la salud mental en América deriva de los trastornos depresivos y la adicción al alcohol, que abarca a unos 31 millones de los 500 millones de habitantes del continente, afirmó Hugo Cohen, asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Si no se transforman los sistemas de salud mental existentes, más de "un 75% de las personas con trastornos mentales severos no accedería a un tratamiento adecuado", dijo Cohen a Télam.
"Los trastornos mentales deberían ser la mayor preocupación de los sistemas de salud", pero "paradójicamente, son los que reciben el menor servicio", indicó.
El asesor de la OPS integró una reunión de
profesionales que debatieron hasta ayer en el anexo de la Cámara de
Diputados y el Hospital de Niños Juan Garrahan la necesidad de crear
servicios
basados en la comunidad, para reemplazar paulatinamente el sistema
de manicomios.
"Los países tienen como únicas respuestas posibles algunos hospitales psiquiátricos cuando, en realidad, se requiere incluir la salud mental dentro de las políticas de Salud, atendida por la estructura más cercana" que tenga la persona, consideró Cohen.
Cohen enfatizó la importancia de "la reglamentación que hizo
la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) de dos leyes importantes
-sobre el alcohol y el tratamiento de las personas con epilepsia- que
estaban sancionadas hace nueve años pero no tenían
vigencia".
"El alcohol es el principal problema de salud pública, por encima del tabaco, y el enfrentamiento de la problemática requiere un conjunto de estrategias que incluye el control de la venta a menores, la restricción de lugares de venta en general, el control sistemático de los conductores y procurar la disminución del consumo en los más jóvenes", planteó es especialista.
La recomendación de la OPS a los gobiernos es "restringir la publicidad del alcohol en los medios masivos, en los que se ve a deportistas que promueven en sus camisetas avisos de bebidas incurriendo en una grave contradicción y un ataque directo a la salud de la población", expuso.
Cohen, ex titular de Salud Mental de Río Negro, enfatizó que la atención de demencias debe ser una "instancia más de salud de la comunidad, lo cual requiere de un cambio cultural porque existen prejuicios muy arraigados que estigmatizan a los enfermos y producen temor, así que hay que sensibilizar a la comunidad para que admitan hacerse cargo" del problema.
"Hay experiencias que demuestran que es posible un sistema más digno para la atención de las personas, y hay avances de la ciencia y en las legislaciones que hacen efectivo los derechos de la gente con discapacidad intelectual", comentó.
No obstante, Cohen se manifestó contrario al cierre inmediato de los psiquiátricos, ya que "puede agudizar el problema de atención de la salud mental de la población".
"La decisión de externar a un grupo de pacientes del Borda no ha llegado a la OPS como plan y, hasta donde tenemos conocimiento, no existe una política de salud mental integral en la ciudad de Buenos Aires", señaló.
Cohen dijo que "el cierre de una institución psiquiátrica es la culminación de un proceso como resultado de un largo camino que se comienza a transitar en los centros de atención".
"La OPS plantea que son problemas de desarrollo humano, ya que no basta la salud mental si ese paciente no va a tener trabajo efectivo o no va a poder comer, por lo cual se deben crear centros de integración comunitaria como estructuras de primer orden para atender estas problemáticas", dijo.
Cohen informó que "los trastornos mentales son la carga de enfermedad mayor", entendiendo por `carga de enfermedad` al coeficiente que se mide por años ajustados a la discapacidad, e implica años de vida saludable perdida.
"Estudios del Banco Mundial y la Universidad de Harvard ubicaron en la década del 90 como principal factor a nivel global de `carga de enfermedad` a los trastornos mentales -incluidos los causados por alcohol y drogas-, con un 13% de los casos; seguidos por lesiones por accidentes y suicidios, con 12% y el IVH-SIDA, con el 6%", comparó Cohen.
En la región existen "5 millones de personas con adicción a drogas ilegales", precisó.
El especialista propuso "reducir la brecha entre la magnitud del grupo con trastornos mentales y la escasez de los servicios de salud" para atenderlos.
"Los trastornos por alcohol y drogas tal vez sean la principal causa de consulta en los centros de salud, pero hay que producir una actualización de los profesionales y contar con salas de observación en las guardias de emergencia", opinó el experto de la OPS. (Télam)
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