Si el porcentaje de la reducción de la población analfabeta sigue siendo el mismo en los últimos años, al Brasil aún le llevará varias décadas deshacerse de un problema que afecta ahora a uno de cada diez brasileros: el analfabetismo.
Por Amanda Cieglinski
En el 2000, la Conferencia Mundial sobre la Educación en Dakar
(Senegal), Brasil con otros 128 países firmaron un pacto para mejorar
la calidad de la educación. Entre los objetivos fijados, uno constaba
en la reducción a la mitad de la tasa de analfabetismo en el país para
el año 2015, alcanzando la tasa de 6,7%.
La Encuesta Nacional
por Muestra de Hogares (PNAD) de 2007, el Instituto Brasilero de
Geografía y Estadística (IBGE), muestra que 14 millones de analfabetos
viven en el país al día de hoy. La cuota es de 10% de la población de
más de 15 años. Si en 15 años el porcentaje de personas que no saben
leer y escribir se ha reducido del 17,2% en 1992 al 9,9% en 2007, en
los últimos años el ritmo de descenso está prácticamente estancado. De
2005 a 2006, una disminución del 0,7% y de 2006 a 2007 del 0,4%.
La
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (Unesco), responsable de la vigilancia de la Educación para
Todos, compromiso, firmado durante la Conferencia Mundial sobre la
Educación, será muy difícil en el Brasil que espera que llegue a la
meta en 2015. "Para ello sería necesario un esfuerzo mucho mayor que lo
que se está haciendo. Esperábamos que el Brasil logre la meta, pero
creo que todavía permanecen en el ámbito de los desafíos ", dice el
especialista en educación de jóvenes y adultos de la Unesco, Timothy
Irland.
La principal estrategia del Ministerio de Educación
(MEC) para reducir el problema es el Programa Brasil Alfabetizado, que
proporciona apoyo técnico y financiero a los municipios y los estados y
la creación de clases para los adultos jóvenes. El objetivo es servir a
2,2 millones de personas en 2009.
"El programa es muy complejo
de aplicar, no es simple. Esto se debe a que usted necesita para
movilizar a los analfabetos, para crear una forma de leer y escribir.
Es un público difícil. En general, los analfabetos tienen muy poca
confianza en su capacidad de aprender ", dijo el Secretario de
Educación Continuada, Alfabetización y Diversidad del MEC, Andrew
Lázaro.
Según los expertos, el analfabetismo también multiplica
las situaciones de exclusión, y se refieren a las personas a las
situaciones y las limitaciones de los prejuicios.
Un jubilado,
Áurea Freitas de Souza, de 85 años cuenta que necesita ayuda con tareas
simples de la vida cotidiana, como leer recetas de alimentos,
medicamentos y pagar las cuentas. "Quién no puede leer o escribir en la
oscuridad está fuera del mundo”.
Los jubilados han creado sus
propias estrategias para eludir las dificultades derivadas de
analfabetismo. Para viajar el autobús, por ejemplo, aprendieron a
identificar las letras o los números del vehículo. Cuando uno necesita
pagar una cuenta en el banco, deja el hogar con el dinero contado.
Además
de enseñar a quienes no tienen acceso a la educación, poner fin al
ciclo de analfabetismo es también trabajar en el otro extremo: para
garantizar la calidad de la educación es que la escuela no produce
nuevos analfabetos.
Para el investigador del Instituto de
Investigación Económica Aplicada (IPEA), Marcelo Medeiros, esta
cuestión es aún más grave. "Aunque estos niños son analfabetos
completos, no pueden abandonar la escuela analfabetos. Esto es
preocupante y es un signo de mal funcionamiento del sistema educativo
", advierte.
Expertos entrevistados por la Agencia Brasilera
cree que las razones de la persistencia del problema están relacionadas
con campañas para aumentar la eficacia, la mala calidad de la educación
pública en su conjunto y la falta de provisión de cursos para adultos y
la educación de los jóvenes a que continúen con sus estudios.
Además
de políticas ineficaces, existe una falta de conciencia social acerca
del problema en la evaluación de los expertos de la USP. "Hay un cierto
tema de la invisibilidad que a medida que nos acercamos al margen de
los 14 millones de brasileros. Hay un problema residual, y no es un
problema del pasado. Es un problema que se repite todos los días ",
advierte Maria Clara.
Una serie de materiales producidos por la
Agencia Brasil indica que son los principales cuellos de botella del
problema y las posibles soluciones para el país para superar el
analfabetismo.
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