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AMPLIARMónica Cabrera en "El sistema de la víctima"

Una actriz y tres unipersonales distintos

El viernes se puso la primer pieza, Arrabalera. El sábado a las 22 El sistema de la víctima y el domingo a las 21, Limosna de amores. Tres obras diferentes, con contenido ideológico y abordadas desde el humor. De esta manera Mónica Cabrera es autora, directora y la actriz. “La idea es tener una posición crítica, me opongo, protesto y lo puedo hacer desde el humor”, comentó la artista.

Todos los espectáculos se ponen en el Virla.

Esta “Maratón Cabrera” se hace en celebración del lanzamiento a la venta del primer libro editado, con los cinco unipersonales de Mónica Cabrera: "El Club de las Bataclanas" , "Arrabalera, mujeres que trabajan" , "El Sistema de la Víctima" , "Limosna de Amores" y "¡Dolly Guzmán no está muerta!" por parte de la Editorial Colihue, exponiendo un tiempo de creación de su autora.

Es así que Mónica Cabrera presenta tres unipersonales cargados de humor pero con un importante tinte político. “La idea es tener una posición crítica, me opongo, protesto y lo puedo hacer desde el humor. Arrabalera, por ejemplo, cuenta la historia de las últimas 5 décadas del país. Utilizo un archivo de audios con voces de ministros, políticos, propagandas o el gol histórico de Racing, cosas que marcaron épocas. En esta obra los personajes son mujeres no estereotipadas, sin embargo hay una tipología de personajes fuertes”, explicó la actriz y dramaturga.

¿Cuál es tu estilo, desde lo estético?
Trabajo con el humor y la música. Mis raíces me llevan a hacer costumbrismo, sacarlo un poco de la realidad y mantenerlo en una dramaturgia construida desde la palabra. Cada personaje entonces tiene su propio léxico, muletillas.

En este sentido aclaró que “todos los espectáculos están grabados en CD para la venta. Fueron hechos en una mesa resolviendo su voz, como si fueran para la radio”.

¿Cuáles son tus principales influencias?
Mi formación inicial es netamente europea, Becquer, Shakespeare, dramaturgos españoles y después toda la dramaturgia norteamericana de mediados del siglo XX como Henry Miller, Williams. Desde ese lugar y después de los 30 años comienzo a conocer a Gambardo, Cossa y el teatro gauchesco. Es decir, una formación clásica pero que en algún momento me apareció lo popular y costumbrista.

Por eso considera que “para llegar al público popular se debe apelar al humor pero interpretativamente es una vuelta de roscas. Por ejemplo, si me preguntan qué tocás mejor, Brahm o Mozart, es más difícil el segundo. Con el humor pasa eso, una compleja partitura. También es cruel: se ríen con la obra o te detestan.

¿Se observa urbanismo en tus obras?
Así es, se debe a que fui criada en el asfalto. Por eso hay tango, mucha música española, boleros y algo de cabaret político, un movimiento importante, aunque en Buenos Aires no existe

Tus piezas se abordan siempre desde lo político, en este sentido, ¿cómo lo ves al gobierno nacional?
Primero te aclaro, no soy peronista, una particularidad ya que ahora todos los partidos lo son. Mi orientación es comunista, incluso milité en el PC, luego me fui porque era un guiso de lenteja mezclado con dulce de leche. Un club, un lugar de formación, luego me hice socialista y todo terminó complicándose.

Criticaron a la presidenta por ser mujer y a Néstor por el ojo desviado. Los grupos de mayor poder lo hicieron cuando a la hora del reparto no tenían prioridad. No niego que sea un gobierno contradictorio, con mucho cuestionamiento pero al mismo tiempo viví en el 2000 y en la época de Alfonsín. Sin embargo ahora tengo estabilidad y sé cuando como arroz y cuando pollo. También que hay miseria, desocupación o dengue, es decir, la incoherencia pertenece a la clase política argentina por eso no se lo endilgaría a el gobierno actual. Por otro lado el lugar que se le dio a los Derechos Humanos fue extraordinario a nivel mundial.

Sebastián Ganzburg
sebaganzburg@gmail.com