El papa Benedicto XVI exhortó ayer jueves a los obispos argentinos en visita “ad límina” a fomentar en las comunidades diocesanas “el ejercicio de la caridad, de modo especial para con los más necesitados. Con su cercanía y palabra, con la ayuda material y la oración, con el llamado al diálogo y al espíritu de entendimiento que busca siempre el bien común del pueblo, y con la luz que viene del Evangelio, quieren dar un testimonio concreto y visible del amor de Cristo entre los hombres, para construir continuamente la Iglesia como familia de Dios, siempre acogedora y misericordiosa con los más pobres, de tal manera que en todas las diócesis reine la caridad, en cumplimiento del mandamiento de Jesucristo”.
Ante 29 prelados connacionales y después de escuchar el discurso del arzobispo de Tucumán y vicepresidente primero de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Luis Villalba, el Papa insistió en “la importancia de la oración frente al activismo o a una visión secularizada del servicio caritativo de los cristianos”.
“Ese contacto asiduo con Cristo en la plegaria trasforma el corazón de los
creyentes, abriéndolo a las necesidades de los demás, sin inspirarse, por tanto,
en ‘esquemas que pretenden mejorar el mundo siguiendo una ideología, sino
dejándose guiar por la fe que actúa por el amor’”, aseguró.
El Papa
también encomendó “de un modo especial a los presbíteros, sus colaboradores más
cercanos”, y señaló que “el abrazo de paz, con el que los reciben en el día de
su ordenación sacerdotal, sea una realidad viva cada día, que contribuya a
estrechar cada vez más los lazos de afecto, respeto y confianza que os unen a
ellos en virtud del sacramento del Orden”.
Tras destacar “la
abnegación y entrega al ministerio” de los sacerdotes, invitó a que “se
identifiquen cada vez más con el Señor, siendo verdaderos modelos de la grey por
sus virtudes y buen ejemplo, y apacentando con amor el rebaño de
Dios”.
En otro párrafo se refirió a la vocación específica de los
fieles laicos, que, recordó, debe llevarlos a “intentar configurar rectamente la
vida social y a iluminar las realidades terrenas con la luz del Evangelio. Que
los seglares, conscientes de sus compromisos bautismales, y animados por la
caridad de Cristo, participen activamente en la misión de la Iglesia así como en
la vida social, política, económica y cultural de su País”.
“Los
católicos -sostuvo- deberán destacar entre sus conciudadanos por el
cumplimiento ejemplar de sus deberes cívicos, así como por el ejercicio de las
virtudes humanas y cristianas que contribuyen a mejorar las relaciones
personales, sociales y laborales. Su compromiso los llevará también a promover
de modo especial aquellos valores que son esenciales al bien común de la
sociedad, como la paz, la justicia, la solidaridad, el bien de la familia
fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, la tutela de la vida
humana desde la concepción hasta su muerte natural, y el derecho y obligación de
los padres a educar a sus hijos según sus convicciones morales y
religiosas”.
Por último, Benedicto XVI pidió a los obispos que
lleven su “saludo afectuoso a todos los miembros de las Iglesias diocesanas. A
los obispos eméritos, sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas, y a
todos los fieles laicos, díganle que el Papa les agradece sus trabajos por el
Señor y la causa del Evangelio; que espera y confía en su fidelidad a la
Iglesia”.
“A ustedes, queridos Obispos de la Argentina, les
agradezco su solicitud pastoral y les aseguro mi cercanía espiritual y mi
plegaria constante. Les encomiendo de corazón a la protección de Nuestra Señora
de Luján y les imparto una especial Bendición Apostólica”, concluyó.
Ciudad del Vaticano, 30 document.write(meses(4)); Abr. 09 (AICA)
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