Sus miembros pertenecen a lo que se cree es la más antigua de la cultura en los Andes, una tribu que ha sobrevivido por 4.000 años en el árido de las llanuras del interior de Bolivia. Sin embargo, el Uru Chipaya, que sobrevivió el imperio incaico y sobrevivieron a la conquista española, se alerta de que ahora se enfrentan a la extinción por el cambio climático, señaló una nota editada por el diario "The Guardian" (de Londres, Reino Unido), reproducida por la red "Erbol", de Bolivia.
El jefe de tribu, Félix Quispe, de 62 años, dice que el río que les ha mantenido durante milenios se seca. Su pueblo no puede hacer frente a la dramática reducción en el Lauca, que se ha producidoi en las últimas décadas, en medio de la irregularidad de las lluvias que ha transformado a los cultivos y el ganado de polvo para la piel y los huesos.
"Por aquí se utiliza para todas las aguas", dijo, con gestos a través
de una árida llanura. "Había patos, cangrejos, las cañas que crecen en
el agua. Me acuerdo de eso. ¿Qué vamos a hacer? Somos gente de agua".
El
Uru Chipaya, que de acuerdo con el origen mitológico son "seres de
agua" en lugar de los seres humanos, pronto podría ser forzado a
abandonar sus asentamientos e ir a las ciudades de Bolivia y Chile,
dijo Quispe. "No hay pasto para los animales, no hay lluvia. Nada.
Sequía".
La tribu es conocida por sobrevivir al margen de un
desierto de sal, un paisaje duro y misterioso -que incluso los incas
evitaron- por lavado de la tierra con el agua de los ríos. Como el
Lauca se haya secado, muchos miembros de la Uru Chipaya han emigrado,
dejando menos de 2.000 en la aldea de Santa Ana y los asentamientos
circundantes.
"No tenemos nada que comer. Es por eso que todos
nuestros niños están dejando el lugar", dijo Vicenta Condori, 52,
vestida con falda y mantón tradicional. Ella tiene dos hijos en Chile.
Algunos
miembros de la tribu culpan de la crisis al abandono de las deidades.
El jefe ha presionado para una mayor oferta y la adhesión a las
costumbres tradicionales. "Esto está en nuestras propias manos", dijo.
Los científicos dicen que el aumento de las temperaturas ha acelerado
el retroceso de los glaciares andinos en Bolivia, Colombia, Ecuador y
Perú. Una estación de esquí en la capital de Bolivia, La Paz, la más
alta de América del Sur, ha cerrado hace varios años debido a la
retirada del glaciar Chacaltaya. El Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático advirtió en 2007 que las
temperaturas más cálidas podrían derretirse todos los glaciares de
América Latina dentro de los siguientes 15 años. Un reciente estudio
del Banco Mundial alarma sobre el tema.
Los grupos indígenas de todo
el mundo se reúnen esta semana en Alaska para discutir el calentamiento
global. "Los pueblos indígenas están en la vanguardia del cambio
climático", dijo el anfitrión, el Consejo Circumpolar Inuit. Un nuevo
informe de Oxfam, por su parte, ha advertido de que, dentro de los seis
años, el número de personas afectadas por las crisis relacionadas con
el clima saltará en un 54% a 375 millones de euros.
Evo Morales, el
presidente de Bolivia, dijo a The Guardian que su gobierno se forma un
frente unido con los grupos indígenas a una "gran movilización" en una
cumbre en Dinamarca este año para elaborar un sucesor del tratado de
Kyoto. Tienen la intención de impulsar los países industrializados para
reducir las emisiones de carbono. "Estamos preparando un equipo de agua
y los ministerios de medio ambiente de centrarse no sólo en la cumbre,
pero más allá de eso".
América del Sur uno de los países más pobres,
Bolivia se encuentra luchando con la competencia por los recursos
naturales. La escasez de agua ha afectado a La Paz y su satélite
ciudad, El Alto, impulsando campañas de conservación. La escasez es a
nivel nacional. El Uru Chipaya acusan a las comunidades aymaras, que
viven arriba del Lauca, de desviar cada vez más el abastecimiento de
agua. "Es una doble causa: el cambio climático y una mayor competencia.
El resultado es una grave amenaza a esta cultura. Estoy muy
preocupado", dijo Álvaro Díez Astete, un antropólogo que ha escrito un
libro sobre la tribu.
Con tantos de los jóvenes que emigran a las
ciudades, donde se habla español, la lengua Uru podría desaparecer
dentro de unas pocas generaciones. Uru Chipaya Algunos temen la batalla
por la supervivencia cultural ya podría perderse. El rutted calles de
Santa Ana son en gran parte desiertas y poco molesta la quietud de las
llanuras secas que una vez fueron campos.
Varias docenas, en su
mayoría ancianos, personas se reunieron en un reciente domingo a
compartir la sopa de las ollas comunes. "Estamos en peligro de
extinción", dijo Juan Condori, 55. "El Chipaya podría dejar de existir
dentro de los próximos 50 años. Lo más importante es el agua. Si no hay
agua la vida no tienen Chipaya".
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff