La Paz, 17 abr (ABI) – Dos supuestos mercenarios, parte de la célula de terroristas desarticulada en la ciudad de Santa Cruz (900 km al este de La Paz), eran la punta del ovillo que las autoridades bolivianas exploraban el viernes en busca de despejar un sin número de incógnitas sobre la existencia de una compleja red irregular con contactos en Europa.
La información que se pueda extraer del boliviano Mario Fardig Astorga, un militar en retiro que frisa los 60 años y que se formó en centros castrenses croatas, y del húngaro Iedad Votel Toazo, dos de los cinco miembros de una facción irregular interceptada en un hotel de Santa Cruz, resulta vital para establecer el tamaño y las extensiones de lo que se supone un plan para desestabilizar Bolivia, o matar al presidente Evo Morales, que viene a ser lo mismo.
Fardig y Toazo salieron indemnes de una
feroz balacera que siguió a una poderosa explosión que voló por los
aires 30 habitaciones del cuarto piso del Hotel Las Américas, donde
fueron abatidos el rumano Mayarosi Ariad, el irlandés Duayer Michael
Martin y el boliviano Eduardo Rózsa Flores, primariamente identificado
como Jorge Hurtado Flores.
Fardig y Toazo permanecen detenidos bajo un extraordinario
dispositivo de seguridad en los calabozos de la Fiscalía de La Paz y,
según el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, que habló en el consulado
boliviano en Río de Janeiro, ya admitieron su participación en los
atentados terroristas a las residencias del viceministro Saúl Avalos,
en marzo, y del jerarca de la iglesia católica boliviana Julio
Terrazas, el pasado miércoles.
En poder de los caídos en el hotel, uno de ellos descoyuntado por
la explosión del artefacto, se encontró una computadora que era objeto
de un minucioso estudio por peritos en La Paz. El ordenador portátil
era, a estas alturas del día, una caja de Pandora y su información
podría trazar el curso de las pesquisas.
En la cómoda de Rózsa Flores, la policía encontró una Uzis,
metralleta livianísima que es capaz de percutar 20 balas por segundo y
que el boliviano, que comandó un batallón de 380 soldados en la guerra
secesionista en la exYugoslavia, en la década de los ‘90, a favor de
las fuerzas croatas, no alcanzó a blandir impedido por el fuego nutrido
que se desató entre las 4h30 y 5h00 del jueves en el cuarto piso del
hotel Las Américas, reveló el comandante de la Policía, general Víctor
Hugo Escóbar.
El palmarés de Rózas Flores daba para confundir a los más
esclarecidos, pues detrás del guerrero por Croacia, este hijo de
húngaro comunista convencido y de boliviana ferviente católica nacido
en Santa Cruz en 1960, había un corresponsal, nada menos que de la BBC
y de la Vanguardia española.
Este hombre contactado en Croacia por el “Viejo”, un personaje, por
el momento sin rostro ni nombre y que supuestamente opera desde algún
punto de Bolivia, estuvo en la resistencia al dictador Augusto Pinochet
en el Chile del primer presidente marxista de Latinoamérica, el
inmolado Salvador Allende, en setiembre de 1973, y hasta compuso grupos
humanitarios y, para plantear el rompecabezas, adscribió El Corán.
Miembro de una familia de artistas reconocida en Santa Cruz, Rózsas
Flores, que ha sido filmado en traje de fajina, llegó a realizarse,
también de cineasta.
Los cuerpos de los abatidos fueron levantados 14 horas después de
la balacera, lapso en el que autoridades bolivianas tomaron todas las
pistas que podrían conducir a la captura de otros miembros de la célula
o integrantes de otra facción irregular que opera en Bolivia.
El vicepresidente Alvaro García Linera reveló que en el depósito de
la privada telefónica Cotas, en el campo de la Expocruz, en el centro
de Santa Cruz, se encontraron cajas vacías de armas de guerra y
explosivos, lo que hace suponer que uno o varios grupos se han
apoderado de rifles de alta precisión y metralletas de último
generación.
“No estamos sólo ante una célula. Deducimos que hay otras, por la
cantidad de armas encontradas en este stand y por las cajas vacías de
armamento que deben ser encontradas”, argumentó.
Los suposiciones se han regado, pues la Policía halló en el almacén
de Cotas C-4, un devastador explosivo de exclusivo uso militar que
había sido combinado con gasolina. Este cóctel, por la cantidad de C-4
encontrado pudo haber volado por los aires el barrio en que se
encuentra enclava la Expocruz.
En el depósito de Cotas también se hallaron planos, croquis y
documentos con datos sobre los movimientos del presidente Evo Morales,
García Linera y los ministros de Estado. En una lista de muerte
recabada por la Policía de manos de los supuestos terroristas, estaba
también el prefecto Rubén Costas, según informó el viceministro de
Interiores, Marcos Farfán.
García Linera denunció que la célula de mercenarios planificaba un magnicidio en Bolivia.
En la madeja que las autoridades deben desenvolver con cuidado sumo
figura el origen del financiamiento del plan y el establecimiento en
las próximas horas de quién o quienes contactaron a los sicarios.
“Quién paga, quien contrata a estos extranjeros”, se preguntó
Morales durante la cumbre de la Alternativa Bolivariana para
Latinoamérica y El Caribe, celebrada en la ciudad venezolana de Cumaná.
“En Bolivia la derecha intentó sacarme con el voto del pueblo
mediante el voto del pueblo(en julio último) y fracasaron; intentaron
sacarme con un golpe de Estado cívico prefectural (en agosto y
setiembre siguientes) y fracasaron, y ahora planificaban con
mercenarios, fracasaron. Ojalá fracasen para siempre”, hizo votos el
mandatario boliviano.
El ascendiente croata Rózsas percutaba las miradas hacia el ex
presidente del Comité Pro Santa Cruz, Branco Bora Marincovic, el
poderoso empresario agropecuario convertido en el más fiero de los
opositores de Morales, mientras un senador oficialista, Ricardo Díaz,
afirmaba que la célula neofacista Ustasha opera en Bolivia, “no sólo de
ahora, está trabajando esta organización hace ya tiempo”.
Los hallazgos en el depósito de Cotas, han puesto a la telefónica
en el ojo de la tormenta, también por la composición de su plana
gerencial, su poder económico y sus vinculaciones con una serie de
cooperativas de servicios en Santa Cruz, todas vinculadas al político
empresarial Comité Pro Santa Cruz, la oposición más radical a Morales.
“No tenemos ningún nexo, no tenemos la menor vinculación con este
caso, esta es una cooperativa de telecomunicaciones que presta
servicios a toda la población de Santa Cruz, ese es su fin y no tiene
otro”, agregó el asesor jurídico de Cotas, Roberto Paz.
La envergadura del asunto llevó a García Linera a declarar a las
investigaciones antiterroristas como prioridad de la seguridad del
Estado.
“Estos actos han dejado de ser un tema meramente delincuencial para
convertirse un tema de seguridad de Estado y de los bolivianos”,
manifestó.
Las investigaciones policiales pasarán por esclarecer las
interrogantes sobre quién o quiénes trajeron a los terroristas del
extranjero; quién o quiénes los trajo de Croacia y de Irlanda a Santa
Cruz; quién pagó sus pasajes; quién los mantenía; quién les daba el
dinero para que vivieran en un hotel y contrataran casas; quién les
daba información sobre el desplazamiento de las autoridades, quién los
mantenía informados y protegidos y quién les proporcionó el armamento.
También cómo llegó a Bolivia el explosivo C-4; quién y a quién o quienes lo compraron.
García Linera pidió esclarecer los móviles ideológicos que
impulsaron los actos terroristas que “estarían vinculados, por la
documentación que hemos podido observar, a una ideología de extrema
derecha fascista”.
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