Fue luego del convenio que firmó la Provincia con el Nación por casi $ 2,5 millones destinado a los frutilleros. Dos cooperativas fueron beneficiadas con $500 mil para cada una. “Este año triplicaremos la cantidad de empleados”, aseguró el presidente de la cooperativa El Oratorio, Jorge Díaz.
“Este crédito superó las expectativas”, resaltó.
El miércoles en el Salón Blanco de Casa de Gobierno se firmó un convenio entre el ministerio de Desarrollo Productivo y el Banco Nación para apoyar a los productores frutilleros. El acuerdo de crédito es de $2.350 millones.
Los destinatarios fueron la Cooperativa El Oratorio, que cuenta con más de un centenar de asociados, la Cooperativa 6 de Agosto y 45 pequeños productores individuales minifundistas. De esta manera el BNA financiará con $500 mil a cada una de las Cooperativas, siendo de $30 mil el financiamiento para cada uno de los 45 pequeños productores. La totalidad del proyecto de inversión asciende a $4.450.000.
En este contexto en diálogo con TucumánHoy, el presidente de El Oratorio comentó “hace 5 meses comenzamos a transitar este camino y con este crédito copamos las expectativas porque vimos un resultado no esperado. Nos hace sentir que el gobierno nos apoya”.
El cultivo de frutilla es una actividad que requiere gran cantidad de mano de obra. “En el 2008 llegamos a tener 1200 empleados y para este año pronosticamos triplicar la cifra”. Y además destacó que tienen registrado a todo el personal, alineados “con la opinión del gobierno de que no pueden haber empleados en negro. Lo que nos permitió una mayor penetración en la zona”.
De esta manera, Díaz aseguró que podrán “retener a la gente en el campo como expresó el gobernador”. En su discurso Alperovich dijo que la intención es ayudar a los productores para que generen empleo y la gente del campo nazca, crezca y muera en su tierra.
Sobre la comercialización de la frutilla, el productor explicó que “dependiendo la época del año se vende en el mercado interno o se exporta. “En marzo ya hubo fruta fresca en Tafí del Valle y continuará hasta fin de año, pero la gente se satura y deja de consumir. A partir de ahí exportamos o vendemos a las compañías lácteas para yogur o helados”.
Sebastián Ganzburg
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