Nueve de cada diez pacientes en diálisis tienen agrandado el corazón por los riesgos cardiovasculares que ocasiona la enfermedad renal crónica, reveló ayer un estudio médico realizado en Argentina, Uruguay y Paraguay.
La investigación denominada Estudio Río de la Plata abarcó a 300 pacientes en tratamiento en diálisis peritoneal y es la primera que se realiza en Latinoamérica.
El estudio señaló entre las causas que dañaron el corazón de los pacientes con enfermedad renal la anemia, la hipertensión y la desnutrición proteica, que se manifiesta con niveles bajo de albúmina en la sangre.
El especialista Gustavo Moretta, coordinador principal del estudio, opinó que "los resultados nos hacen reflexionar sobre la necesidad de mejorar los diagnósticos y los tratamientos de los factores de riesgos cardiovasculares en la población sometida a un tratamiento de diálisis".
Moretta destacó la necesidad de "promover un programa de promoción de la salud cardíaca en la población con enfermedad renal, debido a que es más propensa a padecer riesgo cardíaco".
El estudio también demostró que el 10% de la población analizada tenía insuficiencia cardíaca.
La diálisis es un procedimiento por el cual se remueven de la sangre los productos tóxicos y líquidos elaborados por el organismo, que el enfermo renal no elimina en la orina.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a la enfermedad renal crónica como una de las tres epidemias de enfermedades crónicas del siglo XX, junto con la diabetes y la obesidad.
Argentina tiene actualmente 25.109 personas en tratamiento de diálisis renal, lo que significa una incidencia de 630 pacientes por millón de habitantes.
El Incucai, que maneja a nivel nacional los registros de diálisis y trasplantes, destacó que entre 2007 y 2008 ingresaron a diálisis unas 500 personas menos que en el período 2006-2007, cuando la cifra siempre crecía año tras año.
Felipe Inserra, médico miembro de la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN), destacó que "en los países que tienen programas de control más estrictos de los factores de riesgo como la dieta, los lípidos, los hábitos de vida y sobre todo la hipertensión arterial, está disminuyendo el crecimiento de la cantidad de pacientes que entran a diálisis".
Inserra puso como ejemplo "a los Estados Unidos y países europeos, donde la cifra de personas que ingresaban cada año a tratamiento de diálisis venía aumentando entre un 6 y un 8%".
Sostuvo que "una de las causas es el mejor control de los factores de progresión, entre ellos la hipertensión arterial, a través de estrategia de tratamiento más consolidadas".
La enfermedad renal crónica se caracteriza por una disminución permanente de la función renal.
La patología produce fallas en el mecanismo de filtrado de los desechos metabólicos, del exceso de sodio y de agua en la sangre y que, luego de ser filtrados en los riñones, se eliminan por la orina.
La enfermedad tiene varias etapas, que mediante una serie de análisis (sangre, orina, presión arterial) se pueden detectar indicadores de riesgo renal y determinar en qué etapa de la patología se encuentra el paciente.
La última etapa es la que el paciente requiere diálisis o trasplante renal y la detección precoz enlentece la enfermedad y la diálisis o trasplante mediante un adecuado tratamiento.
Los pacientes en diálisis tienen cuatro veces más riesgo de padecer enfermedades cardíaca que una persona completamente sana.
Los pacientes con insuficiencia renal leve a moderada, según los médicos, deberían mantener correctamente controlada la presión arterial, mantener un peso adecuado, controlar los lípidos (grasas) en sangre y comer una cantidad adecuada de proteínas.(Télam).
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