La crisis que afecta a todos los habitantes del Jardín de la República se acrecienta día a día. Se escuchan quejas en bares, oficinas, casas, organismos públicos, escuelas y donde haya más de una persona. Y la crisis sigue.
¿Adonde iremos a parar? es la pregunta de todos.
Las respuesta son muchas, pero ninguna solución a esto que afecta a la provincia, Cuna de la Independencia. Funcionarios , encargados de la administración del estado ,continúan con declaraciones rimbombantes llenas de retóricas y transferencias de culpas. Nunca asumen sus errores y la crisis se profundiza.
El pueblo se rasga las vestiduras y continúa haciendo críticas en bares, asados y en reuniones familiares, sean velorios o fiestas, nada más , pero cuando puede prenderse lo hace. Medios que se ufanan en ser independientes y le deben a cada santo una vela, como dría mi vieja. Empresarios que buscan sacar ventaja de cada situación o contienda electoral que se presente. No importa la ideología ni los principios, importa la guita, que con cada gobierno debe ser más y mucha.
Mientras tanto aparece el dengue y enfermedades que son de otras épocas y podrían ser controladas, sin embargo están volviendo. Total se le puede echar la culpa al mosquito o los descuidados como escuché por ahí.
Después las estadísticas mostrarán la “ verdad”. Si , la de aquellos que ordenan realizarla , no la de la realidad. Y la crisis continúa y se afianza con más fuerza. Estuvo, está y estará, con gobierno de cualquier signo político.
No , amigo lector no estoy hablando de la económica que , por otra parte, acá nunca se terminará.. Yo hablo de otra : la crisis de valores. A la económica ya estamos acostumbrados, pero esta la nueva , la de la moral , está llena de fortalezas y va ser difícil erradicarla.
Daniel A. Villalba
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