¿Por qué gusta tanto "300"? Es una película con escasos, poquísimos valores artísticos, bastante ingenua en sus planteos narrativos, y absolutamente carente de rigor histórico en sus pretensiones de novelización libre, tan de moda en estos tiempos. Escribe Hugo Solarz.
Es un espectáculo, un entretenimiento que pone, una vez más, en el tapete una de las condiciones básicas del cine de estos días.
Pero gusta. Sobre todo al público adolescente, porque prima sobre todo lo que pueda interesar a un espectador avezado en cine, la liviandad conceptual, y que los sucesos históricos son presentados de manera fácil, básica. Como del “comic” (historieta) de la que proviene el film. “300” está basada en la novela gráfica de Frank Miller (el mismo de “Sin city”, La ciudad del pecado, de la que se viene la segunda parte) y Lynn Varley, y ofrece una espectacular visión de lo que fue la batalla de las Termópilas, donde un ejército de 300 espartanos, comandados por Leónidas se enfrentó con una fuerza de entre 150.000 a 400.000 persas y aliados (las estimaciones modernas hablan de unos 20.000 hombres), al mando del Emperador Jerjes. En las secuencias de la batalla aparece casi todo el esplendor visual de la muestra, con el uso indiscriminado de los fantásticos efectos creados por computación. Los detalles conseguidos al máximo (vestimentas, movimientos, cruce de espadas, cuerpos despedazados, sangre a raudales) provocan en el espectador un entusiasmo absoluto. Y desde allí podría resumirse por qué gusta tanto. Es un espectáculo, un entretenimiento que pone –una vez más- en el tapete una de las condiciones básicas del cine de estos días. Pero luego de haber atravesado la experiencia, es muy poco lo que queda. Tal vez esperar el seguro video-game que se vendrá, que habrá de incluir los piercings faciales de los persas, los elefantes, y los guerreros de todo tipo que se ven en el film.Es importante que “300” pueda ser disfrutada en una sala con última tecnología en proyección y sonido. Así ha sido pensada, para hacer explotar los sentidos. En Tucumán eso no se logra al no existir salas adecuadas. Como dato, la película también ha sido presentada para su exhibición en el sistema “IMAX” (en Argentina hay una sola sala, en Buenos Aires, y en el mundo no llegan a las trescientas). Es una pantalla de casi veinte metros de alto y el ancho abarca prácticamente todo el campo visual de una persona. El sonido despliega 14.000 watts de potencia. Son muy pocas (pero cada vez hay más) las películas de largometraje lanzadas en este sistema (casi siempre documentales). Últimamente se ha visto “Una noche en el museo”, y se anuncian “El hombre araña 3”, la próxima “Harry Potter” y el nuevo “Batman” para el año que viene. A. Hugo Solarz
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