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AMPLIARPena de muerte: un debate poco feliz

La pena de muerte, el tema de la semana

Para Susana Giménez el que mata debe morir. Es la misma rubia que contrabandeó un auto para discapacitados y considera que Menem es seductor. La que se codeó durante la dictadura con los principales genocidas. Por Sebastián Ganzburg.

¿Desde qué posición ética la actriz puede hablar de pena de muerte?

“El que mata debe morir”, dijo la actriz a periodistas tras conocer de la muerte el viernes pasado de Gustavo Lanzavecchia, asistente de la conductora, que fue salvajemente asesinado para robarle un automóvil que había puesto a la venta.

Es decir que para la diva de los teléfonos quien roba un auto debe morir. Entonces surge la pregunta ¿qué pena le corresponde a Martinez de Hoz que se afanó el país entero?

Susana es la misma que dijo al igual que Moria que Menem es seductor. La misma que durante la dictadura militar estuvo coqueteando con aquellos generales que asesinaron sin piedad a miles de argentinos. La misma que contrabandeó un auto para discapacitados y a la que ningún juez condenó.

Desde la lógica de la Su, debe aplicarse la ley del taleón, ojo por ojo diente por diente, cuya antigüedad supera fácilmente los 3 mil años. En este sentido ¿qué pena le correspondería a Bussi que además de hacer desaparecer a muchísimos tucumanos, se enriqueció ilícitamente y robó las arcas del Estado?

¿Y Menem? Contrabandeó armas a Ecuador, convirtió a la Argentina en un paraíso fiscal para las multinacionales, privatizó todos nuestros recursos sin que el pueblo vea un peso, nos robó lisa y llanamente al continuar con la política económica inaugurada por Martinez de Hoz. El país se hundió en la miseria, pobreza y desocupación. Aquél a quien la rubia entrevistó en su programa en el cierre de una de sus tantas campañas a presidente.

¿Desde qué posición ética Susana Giménez puede hablar de pena de muerte? O su anhelo es volver a ese terror que fueron los años de dictadura donde no volaba una mosca, donde “nadie” robaba ni una cartera. Pero por detrás estaban liquidando a la Argentina. Los empresarios amigos del poder político de a poco se hacían más ricos. Mientras el resto más pobre.

Por eso antes de prestar atención a ciertos personajes es necesario recordar quien es y hacia donde apuntan.

Luego de sus polémicos pedidos a la justicia, se retractó. Pero “el que mata debe morir” y "terminemos con los derechos humanos y esas estupideces” son afirmaciones gravísimas que no tienen perdón de Dios.

Sebastián Ganzburg
sebaganzburg@gmail.com