El cura brasileño Luiz Couto, suspendido por la Iglesia brasileña por defender el uso de condones y los derechos de los homosexuales, dijo que no se callará ante la "injusticia y la violación de los derechos humanos".
"Nadie puede ser privado de sus derechos por ser homosexual" declaró el religioso en respuesta a la sanción que le impuso el arzobispo del estado de Paraíba, Aldo di Cillo Pagotto.
Según reportó la agencia de noticias Ansa, Couto no podrá oficiar misa ni realizar otras actividades religiosas por declarar su respeto los derechos de las minorías sexuales, defender el uso de preservativos y la atención médica a las mujeres que abortan y criticar el celibato al que están obligados los curas católicos.
Para el arzobispo, esa postura causa "confusiones entre los fieles cristianos" y contrarían "la doctrina de la Iglesia Católica", aunque el sacerdote sancionado dijo que esos temas "ya son debatidos dentro de la iglesia".
Couto, de 64 años, negó haber incurrido en un acto de rebeldía contra el arzobispo al decir que "obediencia, en el sentido teológico, implica diálogo sin sumisión", publicó hoy Folha de Sao Paulo.
Brasil es el país con mayor población católica del mundo y en 2007 fue escogido por el papa Benedicto XVI como destino de su primera gira por América Latina.
Luiz Couto es sacerdote desde 1976 y diputado federal por el Partido de los Trabajadores (PT) -del presidente Lula da Silva- que, según trascendió el fin de semana, respalda su candidatura a la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Baja. (Télam)
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