Son muchos los discursos preventivos, represores y legales que se hacen sobre la drogadicción . Un flagelo que día a día destruye a miles de seres humanos en cualquier parte del mundo. Tucumán no está excluido de este gran problema social. Pero sobre el alcoholismo se escuchan pocas voces.
Claro esta adicción es “bien vista”, por una sociedad cada día más enferma.
Basta con recorrer, bares, fiestas públicas y privadas para observar como las bebidas alcohólicas son las “dueñas” de estos acontecimientos. La competencia parecer ser quien toma más o quien demora más en emborracharse. Los ganadores tienen su “premio”, más bebida.
Señoras y señores, se escandalizan cuando la noticia es el secuestro de drogas de las llamadas ilegales, pero no dicen nada y hasta aprueban cuando los hijos compran bebidas con alcohol, o cuando vuelven ebrios a sus casas. "Dejalo dormir , vino tarde”, “parece que la fiesta estuvo linda, pobrecita llego medio borrachita”, “Papá probé ese vino del cual me hablabas siempre, es riquísimo”, “ mientras no se drogue esta bien”, “mis hijos no toman drogas, solo unas cervezas de vez en cuando”. Esto y otras justificaciones se escuchan en miles de hogares tucumanos los fines de semana. La bebida y la hipocresía los consume y no reaccionan.
Las publicidades instan a consumir bebidas alcohólicas. Según las comunicaciones de las empresas, eso te puede hacer más ganador, más lindo, tener más levante o volverte más divertido. Un definitiva ,un triunfador como pide y exige la sociedad moderna y consumista. Con letras chicas y muchas veces , desde la distancia, ilegibles, “avisan que el alcohol es perjudicial para la salud. Claro, hay una tibia ley que exige colocar la leyenda. Da risa.
Todo , en materia de bebidas alcohólicas, está permitido. Desde las autoridades hasta la familia hacen la vista gorda, si de tomar unos tragos se trata. Y se escuchan voces discriminatorias permanentementes. Los “negros y pobres son unos borrachos peligrosos, dragones”. “No, mis hijos hacen fiestas en la casa , toman unos tragos, pero no hacen líos y no salen a la calle”. También son unos borrachos como los otros, que están marginados por el poder y la economía.
Si se come bien , todos los días, y acompañado por un buen vino, es un bebedor ocasional, aunque después se busca eludir los controles de alcoholemia. Ahora, el que toma cerveza y comes mortadela es un borracho asqueroso y peligroso., aunque ande en carro, bicicleta o caminando.
Beber unas copita no esta mal, dicen los "bebedores sociales". Una sociedad con pretensiones de moderna pero con pensamientos, todavía, represores. Yo tengo y debo. Vos no tienes, no puedes, no te lo permito..
Daniel A. Villalba
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