Oruro (Bolivia), 20 feb (ABI).- La colonial Villa San Felipe Austria, la rebelde ciudad de Sebastián Pagador y la republicana Oruro, un homenaje a la etnia Uru, pobladora milenaria de los Andes bolivianos, se pondrá en la escena mundial el sábado, cuando miles de danzarines le rindan tributo a la Candelaria, Virgen del Socavón, en una muestra suprema del folclore criollo consustanciado con la fiesta del Carnaval.
Exposición imperdible de color e identidad del acervo cultural boliviano, la Entrada del Carnaval se tomará las calles de la ciudad minera, a poco menos de 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, con cientos de bailarines, decenas de bandas de música y miles de espectadores que desbordarán esta pequeña ciudad a 230 km de La Paz .
El Carnaval de Oruro es la síntesis de
la interrelación cultural. urus, españoles y africanos que en un tiempo
y espacio cohabitaron esta geografía, aportaron con ritos y costumbres,
mitos y leyendas, creencias y devoción.
La transmisión oral en base a los saberes y hábitos de los pueblos
originarios fue el instrumento sobre el cual se basa este proceso y ha
fructificado en el reconocimiento, por parte de la UNESCO, como Obra
Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad en mayo 2001
Oruro, capital de la ciudad del mismo nombre, tiene una población de unos 250.000 habitantes.
Se encuentra localizada a 3.966 msnm (metros sobre el nivel del
mar). Limita con Chile al oeste, al norte con el departamento de La
Paz, al este con Cochabamba y al sur con Potosí.
Su topografía predominante es plana, aunque buena parte del
territorio es montañoso, donde se eleva el majestuoso Sajama con una
altura de 6.542 metros. Oruro ha sido beneficiado con yacimientos
minerales como estaño, wolfram, plata y plomo entre otros.
En la festividad del Carnaval se entremezcla el profundo espíritu
religioso que motiva la veneración a la Virgen del Socavón, su origen
ancestral, su dimensión folklórica, su extraordinaria manifestación de
arte a través de las danzas, hace de Oruro, durante la fiesta del
Carnaval, el centro de atención nacional y mundial.
El Carnaval de Oruro es único en el mundo por su sentido pagano religioso.
Comienza 40 días antes de la Pascua, con el primer convite en
devoción a la "Mamita del Socavón", en el que todos los conjuntos
visitan el templo donde tiene lugar la "ceremonia del permiso" y una
promesa íntima y silente de bailar, a manera de reverencia, al menos
tres años ininterrumpidos.
A partir de ese acto se intensifican otros ritos como "El
Calvario", una especie de via crucis, las veladas a la Virgen y los
ensayos de los danzarines.
Una semana antes del Carnaval se realiza el segundo convite, con la concentración de todos los conjuntos folclóricos.
El viernes es dedicado en forma tradicional al Convite de "El Tío",
el diablo vigía de la mina subterránea, y se realiza la "Challa", una
ofrenda a la Pachamama (madre tierra en lengua nativa) de los parajes
mineros.
El Carnaval de Oruro se origina en las ancestrales invocaciones
andinas a la Pachamama, al Tío Supay (diablo) de los parajes mineros y
a la Virgen de la Candelaria.
Su honda espiritualidad y magnetismo se ha gestado en cinco grandes períodos.
El primero se extiende desde la aparición de la imagen de la Virgen
de la Candelaria en 1789, y su revelación posterior en una cueva del
cerro "Pie de Gallo".
Cuenta la leyenda que en un socavón abandonado de la mina del cerro
antes mencionado, vivía un ladrón llamado Anselmo Selarmino (el Nina
Nina o Chiru Chiru) que hurtaba para repartirlo entre los pobres.
En una de sus correrías nocturnas fue mortalmente herido por un
obrero a quien pretendió quitarle el único tesoro que tenía.
En su agonía fue trasladado por una virginal mujer del pueblo hasta
su morada en el socavón. Al día siguiente fue enorme la sorpresa de los
mineros de la zona que al hallar el cadáver, se encontraron con la
bella imagen de la Virgen de la Candelaria custodiando la cabecera de
la pobre cama del ladrón.
En el segundo período, los mineros, ante la revelación de la Virgen
resuelven reverenciarla durante tres días al año desde el sábado de
Carnaval, usando disfraces a semejanza del diablo y al ritmo de una
cautivante música.
Desde entonces realizan la Entrada de Cargamentos y Ceras, con
ornamentos regionales, presentes de plata para la Patrona, viandas y
bebidas.
En el tercer período, de 1900 a 1940, irrumpen las primeras
comparsas o fraternidades devotas de la Virgen como tropas de diablos,
morenos y tobas para enfilar hacia la antigua Capilla del Socavón
extasiados por la chicha (bebida en base de maíz) y alcohol.
En ese tiempo no participaban niños ni mujeres.
En el cuarto período, de 1940 a 1980, reavivando prejuicios,
empleados del comercio, la banca, maestros y hasta un militar se
unieron al Carnaval y marcaron innovaciones a los futuros rumbos de la
original Entrada.
En 1970, el gobierno declaró a Oruro Capital del Folklore boliviano, acrecentando la corriente turística.
Fue cuando comienzan a surgir otros conjuntos y con la incursión
resuelta de la juventud y la mujer en el Carnaval, éste comienza a
masificarse.
En el quinto período, que data desde la década de los 80 hasta
nuestros días, se vive un período de esplendor con la espectacular
presentación de la mujer, de cortos pollerines y piernas esbeltas, el
despliegue de trajes y derroche de belleza juvenil.
Por primera vez, en este período se elaboró el estudio técnico para
gestionar ante la UNESCO la declaratoria del Carnaval orureño como
Patrimonio Cultural Intangible para la Humanidad.
Oruro se prepara con meses de anticipación.
El domingo, al alba, se realiza el saludo a la Virgen del Socavón,
los conjuntos visitan la gruta del cerro Pie de Gallo y posteriormente
las bandas de músicos compiten simultáneamente.
Es un espectáculo en el cual los visitantes de todo el mundo
participan bailando y en total confraternidad. Este mismo día se
realiza la segunda entrada del Carnaval.
El lunes posterior al Carnaval, es el "día del diablo", se realiza una demostración coreográfica de los diversos conjuntos.
El martes, la población se dedica a "challar" (ritual de bendición)
sus bienes. Este día hay regocijo general, libación de bebidas
espirituosas y comida criolla especial.
El miércoles, las personas se dirigen a los lugares donde están
ubicadas las representaciones de los mitos pétreos que son el Sapo, la
Víbora, el Cóndor, el Lagarto y las Hormigas (arenales), donde se
realiza la respectiva "challa" como agradecimiento a la Pachamama
(madre tierra).
El jueves, todos participan en una gran fiesta y verbena popular.
El sábado los conjuntos folklóricos y autóctonos danzan en el estadio.
El domingo de tentación está dedicado al entierro del Carnaval y al Corso infantil.
Para ver la magnitud del Carnaval, unos 250 mil visitantes
nacionales y extranjeros, arribaron hasta Oruro, según el Ministerio de
Culturas.
A ello se debe sumar a aproximadamente 50 mil bailarines y más de 6
mil músicos, además de la población orureña que incluye a los
comerciantes.
El movimiento económico que genera esta fiesta, según un estudio
del Convenio Andrés Bello, es de unos 25 millones de dólares cada año,
sólo en la entrada del sábado y domingo de Carnaval.
El Organismo Operativo de Tránsito de Oruro proyecta que para estas
fechas ingresaron a Oruro 47.710 vehículos públicos y privados. En este
2009 se prevé que esa cifra se incremente en un 20%.
El ministro de Culturas, Pablo Groux, comenta que la mayoría de los
visitantes nacionales que asisten al Carnaval de Oruro provienen de
Santa Cruz, Cochabamba y La Paz. Los turistas extranjeros llegan a
raudales.
Con todo, Oruro será escenario y foco de atención de Bolivia al mundo.
Mpa/cc ABI
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