Ñuke Mapu es una comunidad aborigen conformada por descendientes de tehuelches y mapuches, al sur de la provincia de Chubut. El año pasado iniciaron el Taller de Lengua y Cultura Materna. El proyecto, que incluye todos los niveles del sistema educativo de la localidad, esta orientado al rescate de los saberes de sus antepasados.
También propicia el diálogo con el resto de la sociedad.
La Comunidad Aborigen Ñuke Mapu, en la localidad de Sarmiento, provincia del Chubut, inició en septiembre un Taller de Lengua y Cultura Materna. El objetivo del mismo es recuperar y reivindicar los saberes de los pueblos mapuches y tehuelches. “Lo que nuestros antepasados no pudieron contar por ellos mismos, nosotros lo queremos rescatar”, afirmó Dora Álvarez, miembro de la organización y docente de Lengua Materna (mapuzungun).
Dionisia Maliqueo, otra de las referentes del espacio, agregó “perdimos el lenguaje porque después de la Campaña del Desierto, para protegernos, nuestros padres dejaron de enseñarnos a hablar nuestro idioma”. Es esa historia de privaciones y silencios lo que buscan revertir con su trabajo. “Ante la opresión que han sufrido las culturas aborígenes, nosotros queremos luchar por lo que somos”, dijo Dora.
Muchas de las palabras que utilizan para expresarse pertenecen a la lengua madre. Dionisia contó: “con las investigaciones que realizamos para la preparación del taller empezamos a recuperar nuestra lengua y a incorporarla a la vida cotidiana”. De este modo, se fueron reencontrando con la lengua de sus padres y abuelos. “Elegimos la bibliografía que se asemeja a lo que nosotros habíamos escuchado en nuestras familias, cuando éramos niños”, explicó Beatriz Peran, docente de Historias, mitos y leyendas.
Ramón, referente político del grupo, señaló que “el Taller, a su vez, es una forma de abertura a la comunidad”. Y cuenta que desde que se organizaron, en el 2005, Ñuke Mapu busca enriquecer los lazos con el resto de la sociedad, “no tender hacia el aislamiento sino a la comunicación con todos los grupos sociales”.
En efecto, el proyecto esta compuesto por dos áreas. Las clases de Mapuzungun y de Historia, mitos y leyendas, a las que el año pasado asistieron más de 25 personas, se dictan los fines de semana. Mientras que de lunes a viernes se realizan visitas a los establecimientos de enseñanza. “Trabajamos en todos los niveles del sistema educativo del pueblo: inicial, primario, secundario, adultos y discapacitados”, explican.
Respecto de la recepción que tienen en las aulas, Dionisia subraya: “los chicos se entusiasman mucho, porque muchos de ellos tienen descendencia de pueblos originarios y casi no conocen sobre sus antepasados.” Las estrategias pedagógicas aplicadas se adecuan a la edad de los estudiantes y son planificadas por las integrantes de la comunidad, muchas de las cuales estudian docencia.
Entre las actividades que realizan, se destaca la narración de leyendas a través de imágenes, el repaso de números y palabras en los dos idiomas y el trabajo con instrumentos nativos, como el kultrum, la trutuka y la filca. Las mujeres señalan que las visitas a las escuelas ayudan a despertar en los chicos y las chicas la curiosidad por sus antepasados. “El objetivo es que las personas que tienen descendencia aborigen no sientan vergüenza de sus raíces. Los argentinos estamos todo el día buscando una raíz extranjera, pero nadie dice `soy mapuche´”.
Fuente: Infocívia.org.ar
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