La localidad de Raco ubicada a poco más de 50 kilómetros de la capital tucumana fue escenario, el fin de semana pasado, de una nueva edición de la Fiesta del Caballo Cerreño.
Raco, un lugar paradisíaco, lleva trece años realizando una de las fiestas más convocantes de la provincia.
En medio del verde, emergen las casas de veraneantes y lugareños. Al costado del serpenteante camino, la naturaleza regocija el alma. Chicos y adultos recorren, a caballo o a pie, buscando la diversión, con tranquilidad. El lugar lo garantiza.
La esencia de la fiesta es mostrar al caballo en sus distintos tipos y razas pero fundamentalmente al cerreño, principal protagonista del evento. Este noble animal , con particular destreza se desplaza por las sendas de los cerros, facilitando el traslado y el trabajo del hombre del lugar.
Durante el pasado fin de semana , vestimentas tradicionales, ensillados típicos, mezclados con artesanías locales y sumados al paisaje, le dieron, a pesar de los chaparrones, un sublime colorido al lugar.
Después de un año soñando, como dice el Coya Melano, despierta el Campo de la Zanja. Del Volcán cuelgan los niños, haciendo equilibrio en el barro, van pegados como abrojitos al lomo de sus caballos.
Un verdadero encuentro de tradición y costumbre se realizó en Raco, un lugar para estar volviendo siempre.
Daniel A. Villalba
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