Desde que se estrenó en diciembre del año pasado "Amor a la africana" es un éxito, siempre a sala llena. Esto no significa que rebose de nivel. Pensada para entretener sin vulgarismos. Buenas actuaciones pero no convence la dirección. De trama predecible. Comentario por Sebastián Ganzburg
Opinión: regular.
Ficha Técnica
Actúan: Fernando Godoy. Manina Aguirre, Jackie Anastasio Salas. Asistente de dirección Christian Pedersoli. Dirección general Alejandro Gómez Madrid.
El sábado cuando salí de la obra mientras pensaba qué escribiría al respecto, me encontré de casualidad con un director de teatro amigo que había visto la obra hace 20 días. Como suele suceder, me aclaró el panorama. Es para verla entre comensales, sugirió.
El año pasado Gomez Madrid, estrenaba Amor a la africana, decía, en una nota en TucumánHoy, que es una obra fresca y divertida. Una típica pieza de verano, pensé. Además debe ser interesante ya que el texto es de Isidora Aguirre, excelente dramaturga chilena.
José (Fernando Godoy) e Isabel (Jackie Anastasio Salas) son una joven pareja sin demasiadas preocupaciones. Pupi, una vecina, amiga y psicóloga se entromete. Logra que José dude de la felicidad de Isabel. De repente tiene celos y la considera infiel. Todos personajes bien logrados, sin embargo no demandan mayores sacrificios desde lo actoral.
De esta manera y sin mayores sorpresas la obra gira entorno al personaje masculino. El actor Fernando Godoy logra imponer el protagonismo que su director pretende. Interpreta a un hombre de negocios, histérico, inseguro, dubitativo y absolutamente permeable a las opiniones de su metida vecina.
La psicóloga carece de sentido común, en vez de ayudar a su amigo le crea problemas. Le genera celos hacia su esposa y pone en jaque a la pareja. Manina Aguirre realiza una correcta interpretación. Es la encargada de crear el diálogo explícito que al principio se establece con el público cuando ella se pasea por las mesas, dando una breve introducción.
La verborrágica esposa, no se caracteriza por su inteligencia, hiper consumista, despreocupada, vanalmente feliz. Jackie Anastasio Salas no defrauda. Un personaje que habla mil cosas a la vez y no dice nada. El punto flojo, la escasa sensualidad.
Así se desarrolla una trama predecible. Nunca genera sorpresa, mucho menos suspenso narrativo. Los conflictos se producen y resuelven tal como uno lo imagina. Apela principalmente a un humor llano y sin vulgarismos, donde faltan algunos elementos que inviten a la risa inteligente.
Sencillo escenario. Un diván en el centro, mueble escasamente verosímil, si tenemos en cuenta que la historia transcurre en el departamento de la pareja. A la derecha una mesita donde descansa una botella de whisky, dando el indico que alguien, indefectiblemente, se embriagará.
A sala llena, Amor a la africana adopta como público a aquellas personas que buscan compartir con amigos un espectáculo que “entretenga”, pero no llame a la reflexión. De esta manera es ideal observarla mientras se pide una cerveza acompañada por una exquisita pizza, como la que preparan en el Árbol de Galeano. No se preocupe, si en medio de la obra debe levantarse por fuerzas mayores, no se perderá de mucho, a su regreso se dará cuenta que todo sigue tal y como lo imaginaba.
Sebastián Ganzburg
sebaganzburg@gmailcom
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff