Un estudio mundial acerca de 22 mil personas a las que se realizó angioplastia con "stent con droga" mostró que el procedimiento es eficaz en reducir riesgos de infartos y muertes, afirmó hoy un cardiólogo de la Fundación Favaloro.
El implante de "stent con droga" es un procedimiento intravascular para la desobstrucción de vasos en las angioplastías, realizadas con catéteres que remueven la obstrucción desde dentro de las arterias como alternativa a la cirugía de by-pass, que reestablece la irrigación a través de un "puente".
El estudio que en Argentina centralizó el jefe de Cardiología Intervencionista de la Fundación Favaloro, Oscar Mendiz, y que abarcó a 400 pacientes del país, "confirmó que el stent es eficaz porque previene la reestenosis -que obliga a hacer una nueva intervención- y disminuye los eventos de muerte e infartos".
Los stents impregnados con fármacos resolvieron el problema de la reestenosis, una reacción inflamatoria con crecimiento de tejido cicatrizal que vuelve a obstruir la luz del vaso en un porcentaje de pacientes en los que se coloca un stent.
Mendiz informó a Télam que el estudio "dio índices menores al 4% de riesgo de eventos graves como infartos, muerte o necesidad de una nueva angioplastia, incluidos los pacientes diabéticos, otros con lesiones de largas o implantes de múltiples stents, lo cual predispone a eventos" negativos.
El stent es un invento del argentino Julio Palmaz desarrollado entre 1978 y 1987, y consiste en un rulero metálico con estructura de malla que se mete con un catéter hasta el vaso a tratar, achatado sobre un globo que al inflarse comprime la placa obstructiva sobre la pared de la arteria y "encamisa" el vaso.
El stent, de acero inoxidable biocompatible o Cromo Cobalto, tiene una cobertura de plásticos biológicos -polímeros- en los que está incluido el medicamento, que tiene la función de realizar una liberación pautada en dosis durante un período de veinte días.
Los medicamentos más exitosos son los que tienen efecto antinflamatorio, antiproliferativo y anticoagulante.
En ocasiones, presenta mínimo riesgo de producir pequeños coágulos a largo plazo, y el procedimiento a seguir siempre depende del tipo de lesión del vaso y de cada paciente.
"El estudio comenzó en 2006 para analizar si los stent con droga incrementaban las trombosis (pequeños coágulos) y se estudiaron 22 mil pacientes en todo el mundo, un 20% de los cuales fueron monitoreados en forma personal", contó Mendiz.
Pocas cosas en la medicina "se han investigado y probado tanto como el stent con droga, y este estudio masivo mostró que la necesidad de nueva intervención en la angioplastía disminuyó en forma notable por el uso de este recurso".
En Estados Unidos se hacen unas 3.600 angioplastías por millón de habitantes, en tanto en la Argentina se realizan entre 400 y 500 por millón, el 25% de las cuales son con stent con droga; las cifras europeas ascienden al 80% de los pacientes.
En Argentina, el procedimiento de alta complejidad está contemplado en el plan médico obligatorio nacional sólo para algunas situaciones, pero "lo ideal es que fueran con droga en todos los pacientes", opinó Mendiz.
Si bien "hay un problema de recursos que requiere medir lo que vale un stent, no debería calcularse sólo el costo directo sino en comparación con lo que vale que un paciente deba reintervenirse, reinternase, sufrir las consecuencias de una restenosis o perder días de trabajo", consideró.
Para que más gente tenga este recurso, "se necesita una revisión de las autoridades públicas y médicas, y financiadores, para redefinir las situaciones en las cuales es obligatorio cubrir esta tecnología, que hoy todavía es restrictiva", afirmó. Mendiz, de 46 años, comenzó a hacer intervencionismo en 1992 en la Fundación fundada por el cirujano René Favaloro.
"Quienes conocimos a Favaloro sabemos que nunca pensó en un proyecto personal sino en una institución, y pudiendo haber sido un médico millonario en Estados Unidos, prefirió lidiar con los bemoles de Argentina y dejó este proyecto que lo trasciende a él y sigue brindando buena medicina a la sociedad", enfatizó Mendiz.
"Era una persona increíblemente visionaria y ética capaz de imaginar que algo tenía futuro, aunque al principio pareciera raro, y nos ayudó a hacer cosas de vanguardia", sostuvo.
Mendiz opinó que en la actualidad "se están frenando muchas cosas en la profesión porque, más que regulaciones, hay restricciones", y afirmó que hay que recuperar "una visión como la que tenía Favaloro para que la medicina avance y ayude a la Argentina a crecer".(Télam)
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