La jornada nacional de protesta comenzó con el servicio de trenes y subtes de París paralizados, mientras que las radios públicas sólo pasaban música. Los siete sindicatos rechazan el apoyo unilateral que el Estado brinda a los bancos mediante paquetes de medidas. En cambio, reclaman gastos masivos para ayudar a trabajadores y desempleados a afrontar la crisis.
También estuvieron programadas manifestaciones de protesta en todas las grandes ciudades francesas. Las huelgas afectan a las escuelas, las oficinas de correos, las oficinas públicas y los teatros, entre otros.
Con huelgas en el tráfico ferroviario y el metro en París comenzó en la
mañana de ayer la jornada nacional de protesta contra la política
económica y social del gobierno francés, la primera gran prueba de
fuerza que enfrenta a los sindicatos con el presidente Nicolas Sarkozy.
En la mayoría de las líneas del metro y el transporte
ferroviario suburbano de París se suspendió el servicio y muchos trenes
regionales y de alta velocidad no salieron de los depósitos. Las
emisoras de radio públicas emitieron música en vez de noticias.
Con
sus acciones huelguísticas, los sindicatos franceses protestan contra
el apoyo unilateral que, en su opinión, el Estado francés brinda a los
bancos y la industria mediante el paquete de medidas para reactivar la
coyuntura económica.
Los sindicatos exigen gastos masivos del
Estado para ayudar también a los trabajadores y desempleados a afrontar
las consecuencias de la crisis financiera y económica.
El
apoyo de la población francesa a la jornada nacional de protesta es
mayor que el que ha tenido ninguna huelga en Francia desde 1995. Los
sondeos indican que siete de cada diez franceses respaldan las acciones
de protesta. (Telam)
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