Enviar Nota | Imprimir

Un SMS fue clave para esclarecer un asesinato

"Yo estuve pero no tiré. Me estoy comiendo un garrón. Disculpá", decía el mensaje enviado al teléfono celular de un familiar de un remisero muerto a balazos el mes pasado en Morón. Ese y otros textos electrónicos permitieron a la Policía detener a los dos presuntos homicidas.

Los sospechosos apresados son Sergio Armando Paladino (21) y Rodrigo Martín Giménez (18), a quienes se les imputa la autoría en el homicidio de Carlos Rubén Pereyra (53).

Un mensaje de texto en el que se pedía disculpas fue una prueba clave para detener este jueves a dos jóvenes acusados de asesinar el mes pasado a balazos a un remisero al que conocían, en la localidad bonaerense de Morón, informaron fuentes de la investigación.

Fuentes de la investigación informaron a Télam que estos dos jóvenes fueron detenidos tras una serie de allanamientos realizados por la policía en los partidos bonaerenses de Morón, La Matanza y Lomas de Zamora.

En esos procedimientos, los efectivos detuvieron a otros tres sospechosos, a quienes les secuestraron armas de fuego, municiones y hasta un handy similar a los utilizados por la policía.

La policía incautó un revólver calibre 357 Magnum, con pedido de secuestro desde 1998, que se trata del mismo tipo de arma utilizada par asesinar al remisero Pereryra.

También secuestró dos réplicas, una pistola 9 milímetros y revólver calibre 22. Para localizar a los sospechosos del crimen, los pesquisas de la Jefatura Distrital Morón realizaron tareas de inteligencia como seguimientos encubiertos, filmaciones y análisis de comunicaciones.

Un vocero de la pesquisa explicó a Télam que los elementos clave fueron una serie de mensajes de texto y correos electrónicos que los sospechosos enviaban.

"En algunos mensajes que se enviaban entre ellos se adjudicaban el hecho y uno, en particular, fue enviado a un pariente de la víctima", señaló el pesquisa.

El investigador precisó que, en ese mensaje de texto, uno de los sospechosos admitía que había estado presente al momento del crimen, pero que él no había disparado.

"Yo estuve pero no tiré. Me estoy comiendo un garrón. Disculpá", dijo el vocero que indicaba el mensaje de texto que fue entregado como prueba por el familiar del remisero a los investigadores que rastrearon de qué teléfono celular había sido enviado.

Según las fuentes, las sospechas apuntan a que los detenidos integraban una banda que se dedicaba a cometer robos en distintas zonas y que mataron a Pereyra en un asalto. "Le habrán querido robar y como la víctima los conocía y sabían en qué andaban quizás se resistió y por esos lo balearon", dijo el pesquisa consultado, que no descartó que los asesinos estuvieran "drogados" al momento del crimen.

Tanto Paladino como Giménez quedaron a disposición del fiscal Fernando Capello, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Morón, a cargo de la causa por el homicidio de Pereyra. En el expediente, aún hay un tercer sospechoso prófugo, que los pesquisas buscan intensamente.

Pereyra fue encontrado asesinado la madrugada del 29 de diciembre, dentro del auto con el que trabajaba de remisero en las calles Córdoba y Avellaneda, de Morón.

Un vecino pasó por el lugar y al ver la situación llamó al 911, por lo que poco después arribaron al lugar los efectivos de la seccional 1ra. de Morón, que hallaron la puerta del conductor abierta y el cadáver con su torso recostado sobre la vereda.

Los médicos constataron que la víctima presentaba una herida de bala en la nuca, mientras que los peritos observaron otros tres impactos en el rodado y otros dos en un comercio aledaño.

En un primer momento, los investigadores descartaron que se tratara de un robo ya que dentro del auto, un Renault Logan, se encontraron los 200 pesos que Pereyra tenía de la recaudación del día y otros elementos de valor.

En ese sentido, los investigadores siguieron la pista de un posible ajuste de cuentas por un problema de drogas, ya que los dos hijos de la víctima están detenidos acusados de narcotráfico y el remisero también era investigado en esa misma causa.

Pero con los elementos de prueba surgidos durante la posterior investigación, la hipótesis más firme apunta a la de un intento de robo frustrado. (Telam)