…y no sabemos qué pasará con la hartamente declamada explotación. Desde mediados del mes de diciembre pasado, comenzó a hablarse nuevamente del emprendimiento, pero en sentido adverso, ya que la versión que circulaba insistentemente daba cuenta de que la empresa encargada de la explotación levantaría sus petates y "partiría raudamente" en busca de gobiernos más… "flexibles" en eso de aprobar el informe de impacto ambiental.
Hoy, no se habla de este importante asunto.
Después se habló de cesantías y/o vacaciones al
personal que lleva un par de años prestando servicios y finalmente no
se habló más del tema y todo el mundo muy tranquilo. Hasta los
fanáticos promineros, los opinólogos de los bares, los miembros de la
célebre Cámara de Proveedores y tantos muchos más, dejaron de hablar de
Agua Rica. De vez en cuando, alguna tarde fresca, se puede ver al
gerente de desarrollo, José Luis Martín dando la “vuelta del perro” en
la plaza central. No hay otro funcionario minero ni nada que se le
parezca.
Desaparecieron Ricardo Sarmiento y Santiago Gómez Bello, otrora
promotores de la empresa, dadores “generosos” de pautas publicitarias a
cambio de elogios a la minería y silencios cómplices, y que motivaron y
posibilitaron la instalación de una importante cantidad de radios de
FM, naturalmente solventadas por la propaganda tendenciosa y
pendenciada a favor de la depredación y la rapiña.
Hasta los autoconvocados desaparecieron. Solamente quedan los más
ortodoxos y fundamentalistas que impotentes, siguen pregonando su
discurso apocalíptico, casi a media voz.
El ciudadano común sospecha que este tema de la minería esconde algunas
otras cosas en las que se menciona –en secreto, naturalmente, como pasa
en las sociedades maniqueas- algunos negociados “non sanctos” del
primer mandatario que dicen que se apellida Brizuela del Moral a través
de sus manos ejecutoras, Juan Acuña y José Sinner.
Se menciona en broma/serio que “a falta de ciertas cometillas, buena es
la espera, la especulación y…la incógnita”, lo que termina por hacer
que el hombre común, el laburante preocupado en la diaria
supervivencia, entienda el por qué de la no aprobación del célebre
informe, de la dilación en la ejecución de los trabajos, de la
incertidumbre de la cantidad de gente capacitada por la empresa y
muchas cosas más.
Si, demasiadas cosas. (CatamarcActual.com.ar)
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