El año en curso será de gran trascendencia para el más pequeño país centroamericano. El domingo 18 de enero se realizaron elecciones municipales y legislativas. 4.2 millones de ciudadanos elegireron 84 diputados. También designaron los 20 representantes salvadoreños al Parlamento Centroamericano -una especie de legislativo integrado con delegados de todos los países de la región- así como 262 concejos municipales.
Dos meses más tarde, el 15 de marzo, se realizarán comicios presidenciales. Encuestas de inicios de enero daban la victoria al ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Los sondeos efectuados por la Universidad Tecnológica a inicios de
enero del año en curso indicaban, tendencialmente, el triunfo del
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional -con un 45 % de
intenciones de votos- sobre la gobernante Alianza Republicana
Nacionalista (ARENA), que contaba con un 29 % de las simpatías de los electores.
Previsión
que se inscribe en una etapa política particular para todo el
continente latinoamericano. Donde este año se protagonizarán siete
comicios presidenciales, tres legislativos y dos referendarios. Junto
con El Salvador, se designarán ejecutivos en Uruguay, Bolivia, Chile,
Ecuador, Panamá, y Honduras. Las legislativas serán en El Salvador,
Argentina y México, aquí junto con los comicios de gobernadores en seis
estados.
Los referendos constitucionales se realizarán en
Bolivia y Venezuela. A partir de estas doce consultas en la urnas,
podrá consolidarse el actual mapa político en el que predomina el
centro y la izquierda, o bien girar hacia la derecha.
La observación electoral solidaria.
Una
docena de personalidades políticas, sindicales, representantes de ONG
de cooperación y del movimiento de solidaridad de Suiza viajaron a El
Salvador la segunda semana de enero para observar los comicios
legislativos y municipales. Entre ellas las diputadas nacionales
(socialistas) Marina Carobbio (cantón italiano de Ticino) y Jacqueline
Fehr (cantón alemán de Zürich).
Más de veinte delegados, integrarán
luego una segunda misión de observación electoral helvética en el mes
de marzo para supervisar la elección del ejecutivo.
Promotor de
ambas iniciativas, Dieter Drüssel, responsable del Secretariado de
Solidaridad con América Central (ZAS) basado en Zürich, expresa su
satisfacción por esta participación.
"La demanda para organizar
estas misiones nos llegó de El Salvador mismo", explica Drüssel.
Recordando que desde el fin de la guerra en 1992 la oposición siempre
insistió en la necesidad de la observación internacionalcuando se
realizaron comicios.
"Es una presencia que da mucha tranquilidad
a los ciudadanos, ya que es grande el número de gente que todavía tiene
miedo de expresarse", explica.
"Y también muy útil para intentar
de disminuir los riesgos de fraude electoral que se pueden dar a
través de diferentes métodos y mecanismos", explica Drüssel, quien en
los últimos quince años ha organizado y participado en una media docena
de misiones de esta naturaleza a ese país centroamericano.
"Si
se trata del riesgo de fraude hay diferentes posibilidades. Desde el
técnico -a partir de un registro electoral controlado solamente por el
partido gubernamental ARENA- hasta la intimidación a los votantes,
especialmente en las regiones rurales", evalúa.
Y las señales
que hacen temer alteraciones significativas abundan. "En el último
censo realizado en el verano pasado, aparece casi un millón menos de
adultos que los inscritos en el padrón electoral. Una diferencia que
ninguna autoridad ni ente oficial logra explicar".
Si bien es
cierto que se calcula que hubo unos cien mil muertos y otros miles que
emigraron, la diferencia sigue siendo muy grande entre la población
real y la inscripta electoralmente.
"Lo que nos hacer suponer
que podría haber gente que vote varias veces e incluso extranjeros que
puedan emitir un voto con el nombre de un nacional", argumenta Drüssel.
Impacto significativo
Y
de allí, enfatiza Drüssel, la trascendencia que adquiere esta
observación electoral internacional ciudadana, promovida desde el
movimiento de solidaridad de numerosos países europeos y
norteamericanos.
La delegación helvética fue invitada por la
Organización Ciudadana por la Democracia, una red de organismos no
gubernamentales que trabajan a favor de fortalecer el derecho electoral.
Y
se sumará a las misiones de la Unión Europea (UE) -que participará por
primera vez con ese rol en El Salvador-; de la Organización de Estados
Americanos (OEA); de los tribunales electorales latinoamericanos así
como a los invitados especiales convocados por el gobierno.
"Nuestro
principal aporte es la presencia moral, política. Con el convencimiento
que el valor y la defensa del voto así como la transparencia de los
resultados dependerán esencialmente de la relación de fuerza de los
partidos políticos salvadoreños en
disputa", explica el coordinador de la solidaridad.
Quien
sin embargo se muestra modesto con respecto al impacto de la presencia
internacional solidaria "ya que el régimen de derecha moviliza también
sus propios observadores que se limitan a ver, solamente, lo que el
gobierno les muestra".
Nuevo contexto latinoamericano
"Es
muy importante que haya personalidades internacionales que sigan con
atención el debate y el procedimiento electoral", sostiene la diputada
nacional socialista Marina Carobbio Guscetti, poco antes de partir
para El Salvador. Ella preside también la Ayuda Médica para América
Central (AMCA), activa organización de solidaridad que trabaja
en la suiza italiana.
Las
elecciones, tal como anticipan algunas encuestas, pueden coronar la
victoria del ahora opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional (FLMN). "Lo que implicaría que ese país centroamericano se
integre al grupo de gobiernos progresistas que
predominan en Latinoamérica . Es un momento único en la historia de ese continente", enfatiza Carobbio.
Pero
para ello será decisivo "la forma en que se organicen las elecciones, y
que se destraben las presiones y mecanismos que pudieran impedir un
verdadero cambio en ese país", subraya.
"Si ganara la antigua
guerrilla -reconvertida luego de los acuerdos de paz de 1992 en partido
político legal-, sería un hecho histórico y por ello es esencial que la
presencia extranjera pueda desmontar cualquier presión de la derecha y
del actual gobierno para impedir una expresión libre del voto
ciudadano", insiste la diputada nacional socialista.
Al regreso
de América Central, "tendremos una gran tarea de informar no sólo a los
medios de comunicación sino a la gente sobre lo que observamos,
sentimos, vivimos y compartimos en este viaje", enfatiza Carobbio.
Convencida
de una premisa principal: "si bien el apoyo a los pueblos y movimientos
sociales del Sur es un desafío importante para las organizaciones
solidarias del Norte, no menos trascendente es la información que se
transmite en la propia sociedad civil helvética y europea".
"En
un momento en que, a diferencia de los años ochenta, la solidaridad
activa con Centroamérica es más compleja y menos amplia", explica.
A
pesar de lo cual la propia experiencia "que impulsamos en el Ticino
nos prueba que hay muchas personas sensibles muy interesadas a conocer
lo que vive esa región del planeta. Entre ellas, numerosos jóvenes que
se siguen preocupando por el destino común de nuestras respectivas
sociedades", concluye.
Por Sergio Ferrari. Desde Ginebra, Suiza. Editada por la agencia evangélica Prensa Ecuménica (Ecupres), de la Argentina
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