Barack Obama juró ante una multitud reunida frente al Capitolio y se convirtió así en el primer presidente afroamericano de Estados Unidos. En su primer discurso a cargo de la Casa Blanca, repasó la situación crítica por la que atraviesa su país y aseveró que se debe cambiar “porque el mundo ha cambiado”. Además, se comprometió a dejar a Irak "en manos de su pueblo".
Hubo un impresionante operativo de seguridad.
Barack Obama dio ayer inicio a una nueva era al jurar como presidente de
los Estados Unidos, el primero de origen afroamericano de ese país, en
una imponente ceremonia realizada en el Capitolio ante un mar de gente
y en medio de un gigantesco operativo de seguridad.
"Juro
solemnemente que desempeñaré fielmente el cargo de presidente de
Estados Unidos y lo haré con la mejor de mis habilidades para defender
la Constitución de los Estados Unidos. Dios me ayude", fueron las
palabras de Obama, de 47 años, con la mano apoyada sobre la misma
Biblia sobre la que juró Abraham Lincoln en 1861.
El encargado
de tomarle juramento fue el presidente de la Corte Suprema de Justicia,
John Roberts, quien invitó a Obama a las escalinatas del Capitolio
junto a su esposa Michelle y a sus hijas Sasha y Malia a las 12.05
(15.05 de Buenos Aires).
Obama, ingresó al Capitolio
acompañado de su antecesor, George W. Bush, con quien compartió un café
durante la mañana en la Casa Blanca.
Cuando Obama terminó el
juramento, realizado bajo su nombre completo de "Barack Hussein Obama",
Roberts le estrechó la mano y pronunció un simbólico: "Felicidades,
señor presidente", produciendo un estallido de júbilo de la multitud,
que fue acompañado por millares de banderas agitadas y el sonido de las
salvas de honor.
Tras la jura, llegó el esperado discurso de
Obama, en el que -en 14 minutos exactos- el demócrata dedicó sus
primeros párrafos a los colosales desafíos que enfrentará durante su
mandato, que podrá ser constitucionalmente renovado por otros cuatro si
gana las elecciones previstas para noviembre de 2012.
Entre
los desafíos, Obama mencionó las guerras de Irak y Afganistán, la
crisis económica, la precaria sanidad, el fracaso escolar y las
amenazas contra el medioambiente. "Por cualquier lugar que miremos, hay
mucho trabajo por hacer", dijo Obama ante la multitud de esperanzados
seguidores.
Sin embargo, inmediatamente después, el flamante
mandatario envió un mensaje de optimismo al afirmar que aunque "los
desafíos que enfrentamos son reales, serios y muchos y no serán
enfrentados fácilmente o en un corto período de tiempo, éstos serán
solucionados", sentenció.
En su discurso de asunción, si bien
agradeció a su antecesor, no dudó en afirmar que "la forma en que
usamos la energía fortalece a nuestros adversarios y daña al planeta",
por lo que habló de modificar la matriz energética y utilizar "el sol y
el viento" como fuente de energía.
"No se trata de que el
mercado sea bueno o malo", dijo además durante su discurso. El poder
del mercado de "generar riqueza y expandir la libertad no tiene
parangón -continuó-, pero esta crisis nos recordó que, sin un ojo
vigilante, el mercado se puede salir de control, y un país no puede
prosperar por mucho tiempo si solamente favorece a los que ya son
prósperos".
También Obama no eludió en sus primeras palabras
el controvertido tema de las guerras y dijo que una de las primeras
cosas que hará, será "empezar a dejar responsablemente Irak a su gente,
y forjar una paz duramente lograda en Afganistán".
Afirmó hoy
que su país está "en guerra contra una vasta red de violencia" y dijo
que trabajará sin pausa contra la seguridad global.
Luego hizo
un llamado al "mundo musulmán" para "buscar un camino hacia adelante
basado en un interés mutuo y un respeto mutuo", prometió ayudar a los
"pueblos de naciones pobres" y reclamó a las naciones "que viven en
relativa abundancia", como Estados Unidos, que contribuyan a mejorar el
mundo.
"A aquellos líderes en todo el planeta que buscan
sembrar conflicto o responsabilizar de los males de su sociedad a
Occidente les digo: vuestro pueblo los juzgará por lo que podéis
construir, no por lo que destruís", añadió.
Después,
acompañado de su esposa Michelle, despidió desde la fachada este del
Capitolio a Bush y su esposa Laura, que se marcharon en un helicóptero
del cuerpo de Marines hacia la base aérea de Andrews, para tomar allí
un vuelo a Texas, el lugar de su retiro.
Los Obama,
acompañados del nuevo vicepresidente, Joe Biden, y de su esposa Jill,
esperaron hasta que el helicóptero de Bush desapareciera en el
horizonte.
Instantes después, el nuevo mandatario firmó sus
primeras órdenes, entre ellas las del nombramiento de su gabinete,
dando comienzo a la era Obama.
También rubricó la orden por la
que declara el día de su investidura, el 20 de enero de 2009, el día
Nacional de Renovación y Reconciliación, y la designación de los
miembros de su gabinete".
El acto, al que asistieron más de 2
millones de personas, se produjo en medio de un impresionante operativo
de seguridad del que participaron 15 mil policías, 14 mil soldados,
helicópteros de combate, efectivos de los Marines estadounidenses,
además de la alerta del Mando de Defensa Aeroespacial (NORAD) y la
Fuerza de Respuesta Química.
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