Los trabajadores de la de la Administración General de Rentas mantuvieron un paro de más de 40 días de duración, período que en cualquier otra área oficial podría generar una debacle total. Sin embargo, más allá de algunas incomodidades puntuales, el grueso de la recaudación fue similar a los meses que trabajaron, y tampoco se observan diferencias sustanciales con los mismos meses del año anterior.
¿Se justifica el otorgamiento de un adicional en una oficina donde la mayoría de los cobros son inalterables?
Es difícil precisarlo, porque los trabajadores de Rentas no realizan una tarea recaudatoria en la que los aportes al Estado dependan directamente de su trabajo: a saber, no van casa por casa ni tienen una cartera de clientes que se decidirá por evadir o cumplir las cargas fiscales según lo convenzan los cobradores.
Los empleados desempeñan funciones en un organismo recaudador cuya tarea está definida por leyes estrictas, y cada ciudadano y comerciante debe ajustarse tributariamente a lo establecido, de lo contrario tiene que asumir las consecuencias previstas en las normas vigentes. El conjunto de la recaudación de Rentas, se nutre fundamentalmente de aportes obligatorios, que conforman una suma de dinero perteneciente al fisco. Que los trabajadores reclamen un porcentaje de ese monto es una actitud que se basa en presunciones de las que, a la luz de los acontecimientos, bien pueden cuestionarse.
Es natural que los empleados busquen mejorar sus ingresos, a partir de una aspiración lógica y legítima, y obviamente reclamarán por esa posibilidad, máxime cuando surgió de concesiones oportunamente realizadas por el mismo Estado. Pero cuesta comprender la naturaleza de esta participación, cuando no existe una relación directa entre la labor desempeñada y el monto recaudado.
La tarea que realizan los trabajadores de Rentas es tan importante como la de cualquier otro empleado público, pero en teoría la remuneración asignada cumple con el deber de corresponder a esa labor. ¿Depende la recaudación final del trabajo de los agentes del organismo? Si fuera así, semanas y semanas sin actividad deberían desembocar en un golpe letal para las arcas oficiales... Mediante el acceso a los informes oficiales, puede observarse que la interminable huelga en Rentas no alteró demasiado la recaudación. Los números son contundentes.
* En noviembre del año pasado, por impuestos inmobiliarios se recaudaron 496.700 pesos y en diciembre 83.964 pesos. (En noviembre de 2007, por impuestos inmobiliarios se recaudaron 897.700 pesos y en diciembre 1.180.000 pesos).
* En noviembre del año pasado, por impuestos al automotor se recaudaron 829.000 pesos y en diciembre 105.618 pesos. (En noviembre de 2007, por impuestos al automotor se recaudaron 1.071.000 pesos y en diciembre 974.000 pesos).
* Por Ingresos Brutos, en noviembre del año pasado, se recaudaron 11.519.000 pesos y en diciembre 11.726.000 pesos. (Por Ingresos Brutos, en noviembre de 2007, se recaudaron 11.006.000 pesos y en diciembre 11.311.000 pesos).
* Por sellados, en noviembre del año pasado, se recaudaron 1.560.000 pesos y en diciembre 532.000 pesos. (Por sellados, en noviembre de 2007, se recaudaron 1.619.000 pesos y en diciembre 995.000 pesos).
Como puede observarse, las diferencias, a veces ascendentes, otras descendentes, no reflejan cuarenta días de inactividad, o en todo caso no le otorgan a la intervención de los agentes un papel tan preponderante como el que supone el otorgamiento de un adicional en sus salarios.
La idea de ceder un plus para que los empleados participen de la recaudación, con el nombre de “Fondo Estímulo”, allá por el año 1991, a través de la Ley 50.022; pero en la década siguiente la modalidad del premio se modificó (con el Decreto interno 603), y estipuló que si bien se mantendría la participación, los montos se resolverían según la categoría de cada empleado.
A este primer cambio, se sumó otro en el año 2005, cuando el Gobierno de Eduardo Brizuela del Moral determinó que el valor índice de 1,35 por ciento no podía ser superado por ningún trabajador, lo que ponía a todos los sueldos un techo que rondaba los 4.800 pesos. Entre uno y otro cambio, el Fondo Estímulo perdió atractivo, porque ya no constituyó un plus para toda la repartición, sino que siguió siendo significativo para un grupo minoritario, lo cual impulsó las quejas y protestas de la mayoría.
En definitiva, se generó un gran desorden administrativo, que tuvo como génesis la idea de mejorar los salarios, y en lugar de contentar a los trabajadores dio lugar a un foco de conflicto permanente, descontentos, huelgas y malestar.
Lo realmente llamativo es que el Gobierno, que para calmar los ánimos cedió mansamente, nunca realizó un análisis profundo de la situación, ni revisó la cuestión de fondo. Como suele ocurrir, reaccionó ante la protesta callejera y prometió desembolsar más dinero, porque siempre es más fácil que ensayar una reestructuración seria donde se defina con claridad y justicia en qué se gasta lo que se gasta.
¿Qué ocurriría en Catamarca si los hospitales estuvieran cerrados 40 días? ¿Y si durante 40 días no trabajara ningún policía? ¿Y si los docentes dejaran 40 días libres en el ciclo lectivo?
En Rentas, números más o números menos, la recaudación se mantiene, porque los contribuyentes están obligados a pagar, y a veces hasta cumplen con el aporte en el mismo momento en que realizan una transacción. Pero por alguna razón se decidió que es éste sector el que debe ser estimulado con una participación cuya naturaleza no termina de entenderse. (CatamarcaEsNoticia.com.ar)
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