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AMPLIARNo se cansan de ganr dinero y son capaces de repartir

Aumentos desmedidos y la usura empresarial

La tarifa de energía eléctrica creció de manera inaudita. Subirá el gas. El agua costará $6 pesos más. El transporte escolar ascenderá un 30%. Las prepagas ya aumentaron en enero y pretenden hacerlo nuevamente en febrero y marzo. Los colegios privados harán lo propio. Quieren subir el cospel. Se empobrece el pueblo y se enriquecen los empresarios. Por Sebastián Ganzburg.

El papel de los medios.

Desde hace tiempo el gobierno nacional y también provincial ruegan a los empresarios criterio y ayuda para salir de la crisis. Solicitaron que no despidan gente, cosa que el sector privado cumplió a medias. El Estado por su parte aumentó salarios, aunque con bastante falencia, e invirtió en obras públicas. Le quitó acertadamente los subsidios a las empresas de energía, reestatizó las AFJP, anunció medidas para el campo en favor de la mayoría y anunció miles de millones de pesos en subsidios al transporte.

Los medios

Desde hace una semana los medios masivos más importantes anuncian posibles aumentos. Se habla sin mayores tapujos de subas en el gas de casi un 200%. Qué decir del aumento de la energía eléctrica, en algunos casos de hasta un ¡1000%! En Tucumán por ejemplo, pretenden subir el precio del transporte debido a que los choferes con total justicia reclaman mayores salarios. En febrero y marzo, las prepagas quieren 5% más en cada cuota. 10% celulares. 30% el agua. Otro tanto los colegios privados y la lista continúa.

A pesar de esto, el gobierno nacional, como hace mucho tiempo no sucede, anuncia cada día, más obras públicas, invierte en salud, educación, aunque podría hacerlo con mayor presupuesto. En este sentido es importante señalar que por ejemplo, la transferencia de fondos públicos a colectivos, trenes y subterráneso será en 2009 de $ 6.200 millones, una cifra récord en toda la administración kirchnerista. Con lo cual los empresarios del transporte no tienen demasiados argumentos.

Las empresas de celulares también quieren entrar en el juego, mientras que prestan un servicio bastante indignante. Pero sin dudas la gota que colmó el vaso fue la desmedida suba en la luz y gas. Más del 200% en el primero y mucho más en el otro. Es decir que la parte más pudiente de la sociedad que puede afrontar y cubrir gastos no es solidaria, ni busca el progreso. Una situación aun más dolorosa para los argentinos al saber que todas son de capitales extranjeros, con servicios deficientes, y que para colmo no realizan ningún tipo de inversiones.

Hace algunos meses el gobierno K anunciaba la reestatización de las AFJP. Los medios como en el conflicto con el campo salieron a confrontar, sabiendo que esas empresas vivieron en paraísos fiscales absurdos durante el neoliberalismo de los 90'. Las prepagas no se cansan de sumar monedas de oro y pretenden aumentos, aunque el servicio que brindan sea caro y poco feliz. Las más importantes son multinacionales. Ni hablar de la telefonía móvil, donde Argentina es uno de los países con mas usuarios en el mundo, con tarifas insólitas. En cuanto a los colegios privados, de prepo aumentarán las cuotas para el comienzo de clases, se plegarán, como siempre, las empresas de colectivos que en nuestra provincia tienen el cospel más caro del país. Y las inmobiliarias no se opondrán, claro está a la tendencia. Siendo la clase media la más perjudicada, junto con el pequeño comerciante y ni pensemos el caos económico de los sectores más carenciados que siempre ven pasar el tren de largo.

Esto me lleva a la reflexión. El kirchnerismo, busca un Estado controlador, siempre dentro de los límites del capitalismo. Reestatizó las AFJP verdaderas cuevas de robo y usura. Dejamos, teniendo en cuenta que el Estado somos todos, de subsidiar a las empresas de luz y gas, logrando ahorros cercanos a los $ 1000 millones, que se invierten en obras públicas y subas de salarios a los empleados estatales.

Con ciertos indicios de mayor intervención del gobierno en decisiones económicas, no sonaría equivocado pensar en reestatizar, en parte, con más del 50% de las acciones para el Estado, como lo hace Venezuela y Bolivia, las empresas de luz y gas. Tampoco estaría nada mal que se haga lo mismo con YPF. Es hasta positivo políticamente, teniendo en cuenta que es un año electoral. Y con medidas de semejante índole, el oficialismo lograría un aval popular más que importante, superando seguramente, sin problemas, cualquier tendencia de oposición, que para colmo critica al gobierno, ya sea de Alperovich o Cristina mediante argumentos demasiado conservadores, contrapuestos a las nuevas políticas de integración que se observan en la región.

Sebastián Ganzburg
sebaganzburg@gmail.com