Pertenece al artista plástico y escalador argentino Miguel Douras, quien la levantó en el campamento base Plaza de Mulas del cerro, a 4.300 metros sobre el nivel del mar. Unos 40 cuadros con motivos andinos, esperan ser visitados por los montañistas cada año, cuando la temperatura promedio oscila entre 10 y -10 grados.
"Primero, me acerqué como cualquier otro andinista a tratar de ascender el Aconcagua, y estando acá me di cuenta que se podían hacer varias cosas, que eran excusas para venir a este lugar en el cual me sentía tan bien", dijo.
La galería de arte más alta del mundo es de un pintor argentino y está
en el campamento base Plaza de Mulas del cerro Aconcagua, a 4.300
metros sobre el nivel del mar, donde también montó la estación de
internet a mayor altura, que transmite en vivo durante las 24 horas.
El
responsable es Miguel Douras, artista plástico y escalador, a quien
tras su primera subida al cerro más alto de América le surgieron varios
"¿por qué no?", y concretó estas iniciativas que realiza en los meses
de ascenso a la montaña, cuando la temperatura promedio oscila entre 10
y -10 grados.
En una gran carpa blanca instala cada temporada,
desde hace seis años, su galería de arte "Nautilus", donde ahora hay
unas 40 obras sobre el Aconcagua que sorprenden a los montañistas,
aunque ya hay muchos -en especial extranjeros- que llegan al lugar con
la intención de conocer la exposición.
También instaló una
estación de internet, que en su momento fue la más alta del mundo, y
creó el sitio www.aconcaguanow.com, al que define como "el único sitio
de Aconcagua que no vende nada, que sólo trata de compartir con quienes
están abajo y quizás nunca lleguen a estar por acá".
Desde el
cerro ubicado en Mendoza, Douras contó a Télam que "primero, me acerqué
como cualquier otro andinista a tratar de ascender el Aconcagua, y
estando acá me di cuenta que se podían hacer varias cosas, que eran
excusas para venir a este lugar en el cual me sentía tan bien".
"En
la temporada del ’95 -siguió- hice una de las primeras guías de
ascensión impresa del Aconcagua, luego me cuestioné cómo podía ser que
las únicas postales bonitas las hacía una persona de Suiza, así que
comencé a realizar postales".
La otra inquietud del artista,
que estudió Bellas Artes, fue "instalar mi galería de arte aquí, y es
así que desde aquel momento monto esta galería con muchísimo esfuerzo,
subiendo y bajando las obras en mulas, con los riesgos que implica".
Al
llegar a la base Plaza de Mulas, se nota la mano del artista en el
exterior de su carpa, decorada con leyendas y carteles que anuncian a
los montañistas -en inglés- que ahí hay teléfono e internet para
saludar a sus amigos desde el sitio de Douras.
A un par de
metros, un poste indicador de distancias señala con sus flechas las
direcciones y kilómetros hasta lugares como Ushuaia, Nueva York, Moscú
y Wellington, entre otros.
Dentro de la carpa, de unos diez
metros por tres, expone sus cuadros, inspirados en el Aconcagua y
alrededores, y en los ratos libres crea más obras, de las que ya cuenta
con un centenar.
"No hago muchas por temporada -aclara-, se
acerca mucha gente a mi campamento y, aunque parezca extraño, me cuesta
encontrar momentos de tranquilidad para trabajar. Esta temporada tengo
tres trabajos empezados, realizo entre cinco y 10 aproximadamente".
Pero
no olvida que llegó a Plaza de Mulas como escalador, por lo que "cuando
va terminando la temporada y hay menos gente, trato de escaparme a
algún cerro o algún lugar por los alrededores, que los hay bellos y
poco concurridos, y si da, hay buen tiempo y algún compañero, me voy
para arriba".
Sus inquietudes no terminan con la galería de
arte, ya que "esta temporada tenía muchas ganas de colgar una ’webcam’
en altura (a unos 6.000 metros) pero se vinieron abajo los posibles
sponsors", lamentó.
"Sin embargo -agregó- conseguí el apoyo de
la compañía alemana Mobotix, que luego de varios mails creyó en mí y me
envió una cámara, que es la que estoy utilizando ahora, que funciona
hasta a menos 40 grados".
Sobre este tema, comentó que "me
gustaría que alguna bodega mendocina auspiciara mi galería de arte; las
bodegas están muy vinculadas al ambiente artístico; me gustaría que mis
trabajos queden en Argentina, pero la realidad es que casi todos van
para el exterior".
Sobre las vivencias y anécdotas, sostuvo
que "las cosas feas son las que uno recuerda aquí, los accidentes que
ocurren cada año y que algunas veces se cree que se pudieran haber
evitado, pero por sobre todo quiero destacar la solidaridad y el
’espíritu colectivo’ que hermana a los que estamos por aquí".
"Creo
que estar por aquí arriba nos enseña a ver las cosas claras a la
distancia, engorda a nuestras almas y nos hace hablar menos", aseguró. (Telam)
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