Ejército Paraguayo del Pueblo (EPP). Esta es la denominación que tiene a los ricos del país con el sueño intranquilo y al gobierno nervioso. Una agrupación que se dice de izquierda y se asume defensora de las causas populares. Unas siglas que fueron tomadas por los medios como una verdad absoluta de peligro guerrillero y dio más fama de la que realmente merecen a quienes hipotéticamente lo integran. Unas palabras que crecieron, mediante el rumor, a escalas muchas veces superiores a su realidad y que hacen creer una versión que en el fondo no adquiere la magnitud que pretenden algunos sectores políticos y empresariales.
Por Miguel H. López. Editada por el diario "Ultima Hora", de Asunción del Paraguay.
Ejército Paraguayo del Pueblo (EPP). Esta es la denominación que tiene a los ricos del país con el sueño intranquilo y al gobierno nervioso. Una agrupación que se dice de izquierda y se asume defensora de las causas populares. Unas siglas que fueron tomadas por los medios como una verdad absoluta de peligro guerrillero y dio más fama de la que realmente merecen a quienes hipotéticamente lo integran. Unas palabras que crecieron, mediante el rumor, a escalas muchas veces superiores a su realidad y que hacen creer una versión que en el fondo no adquiere la magnitud que pretenden algunos sectores políticos y empresariales.
La primera vez que el EPP apareció en escena fue el 18 de abril de 2006, ocupando e incendiando la comisaría policial de Hugua Ñandú, en Concepción. Se le atribuyó después el presunto asesinato en octubre de 2008 de un suboficial de Policía en Puentesiño, San Pedro; para luego relacionarlo, el 5 de diciembre pasado, con la quema de una topadora en la estancia Santa Adelia a 60 kilómetros de Concepción; y lo último fue el robo de 2 fusiles e incendio en una dependencia militar en Tacuatí.
Este último hecho fue tomado por algunos sectores -incluidos agentes del Ministerio Público- como la "instalación de la guerrilla en Paraguay"; y no faltaron quienes anunciaran el caos y la destrucción del Estado. ¿Sobre qué base?
Haciendo un análisis del escenario rural de Paraguay no es difícil determinar la existencia de numerosas bandas armadas. Están los abigeos -en varios departamentos-; están los pistoleros en las zonas de estancias y asentamientos ganaderos; están los capangas y civiles armados hasta los dientes, contratados y mantenidos a contra ley por terratenientes, ganaderos y sojeros; están los 'forajidos' surgidos de las filas policiales o militares que en actividad paralela asuelan algunas compañías cometiendo robos. Están las mafias de narcotraficantes, armatraficantes, rollotraficantes, que portan armamento pesado; y están las bandas de delincuentes comunes que aterrorizan poblados y caminos vecinales en el interior y en algunos casos se emparentan -finalmente- con el EPP. Todos ellos están en las comarcas, picadas, bosques, propiedades privadas, grandes cultivos, taperas, etcétera.
Mirando así podríamos hablar de un campo armado. De un peligro inminente. De un polvorín por detonar. De una amenaza de envergadura.
Pero -sin sacar peligrosidad a la presencia de muchas armas en poder de grupos y mafias- ¿hasta dónde todo eso puede considerarse una guerrilla? La guerrilla es un ejército irregular, movido por motivos ideológicos, doctrinarios, nacionales y políticos y que tiene como fin tomar el poder. Entonces el ¿EPP qué características asume, de qué hablan sus acciones. Pese al discurso de fuerte contenido de izquierda, qué persigue en la práctica?
Primeramente habría que determinar si el EPP realmente existe. Según las referencias, las contracaras de inteligencia del estado y las declaraciones de ciertos referentes del sector, es una sociedad de individuos que posee armas, no sofisticadas, con reducida presencia en bosques y enclaves humanos en zonas rurales o urbanas, incluyendo eventualmente Asunción. Los actos que se le atribuyen hasta hoy no superan gestos delincuenciales que divergen de los usos guerrilleros. No falta quien quiera darle características poco usuales y hablar de un nuevo fenómeno. Sin embargo, en el fondo el discurso socialista que usan solo abarca una intención de identidad discursiva, no coherente con los actos; y de una práctica de asalto y de torpeza política incalculable.
La guerrilla, como se la define, no aparece en la geografía paraguaya. Existen sí grupos armados que operan con cierto discurso de izquierda o articulan recursos y defienden intereses de derecha.
Usando la misma lógica de quienes quieren instalar esta paranoia, que en el fondo no hace más que crear sospechas sobre cualquier organización social en el interior, debièramos decir también que muchos de los integrantes de la Rural mantienen "guerrillas" en sus propiedades. La realidad nos indica que no es así, aunque esa permanencia armada en propiedad privada puede llegar a ser hasta más peligrosa que el propio EPP.
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