El ministro de Asuntos Exteriores brasilero, Celso Amorim, prosiguió este lunes en Cisjordania su gira por Oriente Próximo destinada a contribuir a los esfuerzos internacionales de lograr una tregua en Gaza, esgrimiendo “la neutralidad” de Brasilia para erigirse como mediador de peso
Amorim visitó desde el domingo Siria, Israel y Cisjordania y hoy martes viajará a Jordania, además de Egipto, una etapa incluida en el último momento.
Esta ronda maratoniana tiene como primer fin aportar un impulso suplementario a la diplomacia internacional, departiendo con la mayoría de interlocutores afectados por el conflicto entre Israel y Hamas, para conseguir que se aplique la resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de una tregua.
“La tarea más urgente es lograr un alto el fuego. La resolución de la ONU debe cumplirse”, dijo este lunes el ministro tras reunirse con el primer ministro palestino, Salam Fayyad, en Ramala (Cisjordania).
Brasil aboga desde el inicio de la guerra el 27 de diciembre por el cese de las hostilidades en la Franja de Gaza, donde murieron más de 900 personas, condenando la “desproporcionada” respuesta israelí a los disparos de cohetes de Hamas contra su territorio.
El pueblo brasilero quiere manifestar “su sentimiento de solidaridad con los palestinos porque son quienes más están sufriendo”, afirmó Amorim en Ramala, donde también se reunió con su homólogo palestino, Raid Malik.
La postura de Brasilia es que el conflicto israelo-palestino debe implicar a un gran número de países con la meta de “propiciar un clima de paz y convivencia”, declaró Amorim al término de una reunión este lunes con su homóloga israelí, Tzipi Livni.
Y en este sentido, el gobierno brasilero quiere postularse como un interlocutor clave en el tablero internacional. Sus argumentos para entrar en la liga de jugadores internacionales en Oriente Próximo se basan tanto en su historia “pacifista” como en la “falta de intereses” nacionales en la región, dijo Amorim a la prensa en Jerusalem.
El país latinoamericano no es “ninguna potencia ex colonizadora, no fue un actor de la Guerra Fría, ni siquiera tiene campos de petróleo aquí. Esto demuestra la autenticidad” de sus intenciones diplomáticas en Oriente Próximo, agregó. Asimismo, dijo, Brasil posee la “experiencia del buen diálogo” entre sus importantes comunidades judía y árabe y puede alardear de no haber “sufrido ninguna guerra en 40 años”.
Con esta tarjeta de presentación, el ministro puso sobre la mesa ante los dirigentes en Oriente Próximo la iniciativa brasilera de organizar una conferencia multilateral sobre el conflicto palestino-israelí. La idea, propuesta por el presidente brasilero, Luis Inácio Lula de Silva, es organizar una conferencia que incluya a todos los actores concernidos por el conflicto así como a países terceros.
Lula propuso en ese sentido este lunes que se reactive la conferencia internacional que se reunió en noviembre de 2007 en Annapolis (Estados Unidos de América) para discutir la situación en Gaza y avanzar hacia la paz en la región.
En esas negociaciones, “es preciso que se involucre a todas las personas que tienen que ver con el conflicto”, dijo el presidente, que incluyó en esa lista a los islamistas de Hamas.
En Jerusalem, Amorim, interrogado sobre si Brasil ha entablado contacto con Hamas, respondió negativamente, aunque precisó haber “conversado con el gobierno sirio, que tiene relaciones obvias” con los islamistas.
Aseguró que el gobierno brasilero “está dispuesto a ayudar en la resolución del conflicto”, sin descartar el envío de tropas brasileras a la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto, ante la posibilidad de que se decida el despliegue de un contingente internacional.
Durante su activa visita a la región, Amorim se entrevistó además en Damasco, Siria, con el presidente sirio, Bachar Al Assad, y su homólogo, Walid Muallem, y conversó por teléfono con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abas.
Hoy martes se reunirá con el rey Abdalá II de Jordania en Ammán y por la tarde viajará a Egipto para entrevistarse con su homólogo, Ahmed Abul Gheit. Para mañana miércoles tiene previsto un encuentro con el presidente egipcio, Hosni Mubarak.
Amorim negó que este maratón diplomático en Oriente Próximo persiga allanar el camino hacia una eventual entrada de su país en el Consejo de Seguridad de la ONU: “Brasil no está aquí por eso”, afirmó, citado por la AFP.
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