12/01/2009 - Situación en General

Detectan escuelas con alta contaminación auditiva

La alta contaminación sonora de muchos edificios escolares agravan los problemas auditivos de los niños que en un 35% de los casos evaluados, mostraron dificultades de audición y comprensión del lenguaje.

"El bajo nivel de identificación de oraciones permite suponer que son escuelas de alto riesgo auditivo", señalaron.

Un estudio que se llevó a cabo en escuelas primarias de la ciudad de Buenos Aires y del conurbano bonaerense para medir la capacidad auditiva de 450 niños, arrojó, entre otros datos, una conclusión preocupante: la alta contaminación auditiva de los edificios escolares.

"El bajo nivel de identificación de oraciones permite suponer que son escuelas de alto riesgo auditivo", señaló Elba Cantero, directora de la Asociación Civil Comunitaria Independiente para la Opción desde la Niñez (ACCION).

Como la capacidad de identificar el habla disminuye considerablemente en condiciones de ruido ambiente, "las escuelas deberían contar con la acústica apropiada para garantizar un buen nivel de audiabilidad", señaló la directora de ACCION, que cuestionó además a los responsables de garantizar un ambiente propicio para el aprendizaje.

Más aún cuando el oyente tiene leves pérdidas en su audición", dijo Cantero, que aclaró que esas falencias pudieron haberse desencadenado por otros factores como resfríos mal curados o el uso indebido de auriculares.

Hay aulas que, por dar a una calle muy transitada, tienen un nivel de ruido que obliga a elevar el volumen de la voz y eso "eleva la sensibilidad auditiva del que oye, perjudicando su capacidad", dijo Cantero.

"El nivel de audibilidad -para estos chicos está en 47 decibeles-, indica cuánto más intenso debe llegarle el sonido a una persona para que pueda identificarlo correctamente", añadió la especialista.

El test, supervisado por Jorge Alberto Gurlekián, del Laboratorio de Investigaciones Sensoriales (LIS) del CONICET, fue creado para evaluar mejor a los niños que por bajo rendimiento escolar, son derivados a tratamientos psicopedagógicos, sin antes haber descartado problemas en los sentidos como el oído. (Télam)