El satélite bolivariano llamado “Simón Bolívar“ por sus patrocinadores venezolanos, no es un satélite más como los que cuenta por decenas y hasta centenas Europa, Estados Unidos de América y Japón, países que les dan un uso más bien comercial, cultural y económico sin pretender ni buscar con ello la revolución tecnológica, social y humana en sus países y pueblos y menos en la humanidad.
Ricardo Angel "Ran" Cardona. Escritor boliviano. Integrante de la Sociedad de Escritores de Bolivia (Sodesbo-Sobode).
El satélite bolivariano llamado “Simón Bolívar“ por sus patrocinadores
venezolanos, no es un satélite más como los que cuenta por decenas y
hasta centenas Europa, Estados Unidos de América y Japón, países que
les dan un uso más bien comercial, cultural y económico sin pretender
ni buscar con ello la revolución tecnológica, social y humana en sus
países y pueblos y menos en la humanidad.
Por el contrario
los objetivos revolucionarios del satélite bolivariano están
determinados por los avances en transformaciones sociales profundas que
se dan en Venezuela Bolivariana en primer lugar y otros países ALBA
(Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América) y UNASUR
(Unión de Naciones Suramericanas), como Bolivia, Ecuador, Nicaragua,
Cuba, Honduras, Dominica y pronto todos los demás, como Paraguay,
Uruguay, Chile, Perú y Colombia. Es decir la eliminación del
analfabetismo crónico en nuestras sociedades, factor que ha impedido
una mayor profundización consciente de las masas suramericanas en la
historia.
El satélite bolivariano lanzado en China popular a
un costo de 450 millones de dólares estadounidenses se perfila como un
instrumento nítido y eficaz para transformar Suramérica toda en planos
de la revolución tecnológica e industrial, investigación científica e
innovación, servicios sociales como telecentros, etc. Y con esto la
creación de verdaderos parques científicos y tecnológicos en cada
pueblo de la región, fábrica, municipio, junta vecinal, sindicato,
cuartel, iglesia, cantón o provincia, por más alejados en que se
encuentren. Ya sea en la selva amazónica, Chaco, Pantanal, Andes,
valles, Caribe o zonas costeras. Es decir es posible instalar en corto
plazo de no más de cinco años, en toda la inmensa geografía de
Latinoamérica, parques científicos y tecnológicos de investigación y
apoyo a la producción y agentes económicos locales sin dejar ningún
espacio libre de servicios científicos, tecnológicos y comerciales.
Los
objetivos van más allá todavía es lo referente a salud y nutrición que
es el aspecto más preocupante de la región. Siguen muriéndose por
decenas niños al nacer y hasta los cinco años, consecuencia de
enfermedades prevenibles, desnutrición, falta de atención médica y
orientación en higiene y salud pública. Si la población supiera la
importancia de la higiene y nutrición en la vida de las personas, con
seguridad que se elevaría de inmediato la calidad de vida de personas,
familias y pueblos enteros. En todos los países UNASUR y
Latinoamérica.
Esta función cumplirán los telecentros
hospitalarios manejados por médicos jóvenes en las diversas poblaciones
inaccesibles, dando consejos y atendiendo en salud pública con
metodología de prevención principalmente, pero no únicamente. Vacunas,
higiene y nutrición seguramente harían retroceder los índices de
mortalidad y morbilidad hasta niveles comparables con Cuba, por
ejemplo. País que ostenta una calidad de salud de primera con un
promedio de vida y vida saludable dinámica por encima de los 80 años.
De
la misma forma se podrían instalar telecentros veterinarios para
atender la salud de los animales domésticos, ganados y salvajes. La
cultura occidental y cristiana no ha creado un espíritu de amor a los
animales y plantas como se observa por el contrario en las culturas
originarias e indígenas, con las respectivas excepciones. Existen
todavía inadmisibles peleas salvajes inducidas por humanos de toros y
gallos, entre otros.
No es posible de aquí en adelante,
según la concepción bolivariana, socialista siglo XXI y
tecno-inteligente, matar animales para caza de placer o ritos
supuestamente sagrados o dejar que los animales se mueran de hambre por
falta de planificación. Ellos al igual que los humanos necesitan
vacunas, prevención, curas, hábitat adecuado, pastos y granos a
disposición, etc. Lo mismo que las aves que cantan siempre con
optimismo ejemplar.
Pero lo principal de la revolución
tecnológica es que traerá una nueva conciencia en el pueblo trabajador
producto de la transferencia de conocimientos y tecnologías hacia todos
los lugares y rincones de Suramérica. O sea que nadie se sentirá
ciudadano de primera o segunda por vivir en ciudades superpobladas y
servidas de todo, sino que habrá igualdad en la información instantánea
sobre los últimos descubrimientos para planificar las seguridades
alimenticia, energética, educacional y hábitat para cada ser humano,
animal y planta.
Con el satélite bolivariano puesto al
servicio de la revolución local y mundial por sus dueños, es decir el
pueblo venezolano bolivariano y socialista, se podrá contar con
universidades técnicas y tecnológicos en cada pueblo. Con transferencia
de tecnologías y conocimientos cada suramericano, en este caso, podrá
ser un profesional técnico, humanista y social sin pagar excesivamente
a los centros privados actuales. Estas universidades y tecnológicos
tendrían que ser ubicados en cuarteles, iglesias, sindicatos, juntas
vecinales, comunidades campesinas, cooperativas, fábricas y empresas de
producción y servicios.
Países menos desarrollados que otros
como Bolivia, Perú, Ecuador y Paraguay, por ejemplo, podrán acceder a
las telecomunicaciones sin restricción y ya dentro de sus propios
territorios unir a poblaciones y fábricas con fibra óptica de gran
resolución y capacidad de transmisión. Cuando bolivianos y
suramericanos posean en sus casas 100 o más canales de televisión local
y mundial, internet, tele-conferencias con centros de investigación y
enseñanza, fábricas y empresas, transferencia de tecnologías y
conocimientos sin restricciones impuestas por las transnacionales como
hasta ahora ocurre todavía en la región y todo el llamado tercer mundo,
entonces el pensamiento humano sin fronteras volará a límites
insospechados.
Y se puede prever que de cada pueblo pequeño
o grande saldrán miles de personas con los ideales de nuestros padres
fundadores y maestros científicos modernos, como son (Tupac) Katari,
(Tupac) Amaru, (Simón) Bolívar, (Antonio José de) Sucre, (Andrés de)
Santa Cruz, (José Francisco de) San Martín, (José Gaspar Rodríguez
de)Francia, (José Gervasio de) Artigas, (José Ignacio Ribeiro de) Abreu
de Lima, (Karl Heinrich) Marx, (Federico) Engels, (Albert) Einstein,
(Carl Edward) Sagan, (Isaac) Asimov y miles de científicos más
universales y comprometidos con el futuro solidario de la humanidad sin
fronteras. Estas son las ventajas que trae consigo la revolución en los
conocimientos, inteligencia y tecno-inteligencia del siglo XXI. Es
posible con estos instrumentos realizar tecno-políticas y construir
tecno-socialismo científico.
Con estas ventajas tecnológicas
no se contaba en tiempos de Marx, Lenin (Vladimir Illich Ulianov) o Mao
(Zedong). Pero ahora sí. Cuando se hizo la revolución rusa y china el
90% de sus poblaciones, obreros y campesinos no sabían leer ni
escribir. Y se trataba del siglo XX que ya tenía progresos científicos
y tecnológicos muy grandes en Europa occidental y Estados Unidos, por
ejemplo.
Con esta experiencia mundial en cuenta por el
proceso bolivariano, es más asequible la construcción del socialismo en
Suramérica. No sorprende que (Hugo Rafael) Chávez y Evo (Morales Ayma)
hayan presenciado juntos en Venezuela Bolivariana el lanzamiento del
satélite bolivariano desde China popular. Se trata de presidentes
bolivarianos comprometidos con el futuro de pueblos y humanidad toda.
Uno de origen militar anti-imperialista como (Gualberto) Villarroel en
Bolivia 1943 y (Juan Velasco) Alvarado en Perú 1968. Otros de origen
indígena como Santa Cruz Calahumana y Benito Juárez en el siglo XIX.
Otros
líderes progresistas de la región como (Luiz Inácio) Lula (da Silva),
(Fernando Armindo) Lugo, Tabaré (Ramón Vázquez), Cristina (Elisabet
Fernández), (Rafael) Correa, (Daniel) Ortega, Michelle) Bachelet, Fidel
y Raúl (Castro), seguramente estarán de acuerdo con los objetivos
revolucionarios del satélite bolivariano. Sólo es el comienzo ya que el
futuro pertenece a estos pueblos conscientes.
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