Cuenteros y arrebatadores tratan, en la Costa Atlántica, de aprovechar la presencia masiva de turistas para robar. Aunque los operativos de seguridad policiales buscan reducir al mínimo este tipo de delitos de temporada, recomiendan estar atentos ya que "ningún servicio de seguridad es exitoso si no cuenta con la colaboración de la posible víctima".
También alertan sobre la acción que acometen en los cajeros automáticos.
Cuenteros, pungas y arrebatadores tratan cada verano, en la costa
atlántica, de aprovechar la presencia masiva de turistas para estafar y
robar, por lo que los operativos de seguridad policiales buscan reducir
al mínimo este tipo de delitos de temporada.
Para el jefe de la
Policía Distrital de Mar del Plata, inspector Gustavo Salvá, el
Operativo Sol está destinado a que Mar del Plata y el resto de los
balnearios bonaerenses sean seguros durante el verano, pero igualmente
recomienda al turista estar atento "porque también la oportunidad hace
al delincuente".
"Ningún servicio de seguridad es exitoso si no
cuenta con la colaboración de la posible víctima", advirtió Salvá en
una entrevista con Télam.
Salvá dijo que "lógicamente, la gente
de vacaciones se relaja, entonces el grado de vulnerabilidad es mayor,
y la ocasión también hace al ladrón. No es prudente, por ejemplo, dejar
una cartera o cualquier cosa de valor en un vehículo estacionado y sin
ocupantes".
Entre los cuentos y estafas estivales más populares
está "la mosqueta" o tapadita, en el que hay que adivinar dónde quedó
una bolita hábilmente manipulada por un estafador que la hace rodar a
con gran rapidez entre tres cubiletes invertidos.
La estafa
consiste en que hay que apostar contra el manipulador, que cuenta con
uno o más cómplices que, fingiendo ser parte del público, previamente
han "adivinado" dónde quedó la bolita, todo esto a la vista de la
potencial víctima.
El futuro damnificado, generalmente un
turista que detuvo su relajada caminata para curiosear, se tienta y
apuesta, pensando, por lo que vio hace un momento, que va a multiplicar
su dinero con mucha facilidad.
"Nunca nadie va a encontrar la
pelotita, porque ellos tienen una gran habilidad manual, y los incautos
suelen perder sumas de 50 ó 100 pesos para arriba", afirmó Salvá.
"La
tapadita es un delito que ahora está tipificado en el Código Penal, lo
que nos permite detener a quienes intenten estafar a los desprevenidos
en la vía pública, por lo que si algún turista los ve, puede llamar al
911", aseguró.
Otro delito típico del verano es el que consuma
el carterista, "punguista" o "punga", que en la temporada marplatense
aprovecha las grandes aglomeraciones de gente para sustraer billeteras
de bolsillos traseros o carteras sin que sus dueños lo noten.
Micros
colmados, salidas de los teatros y cines, espectáculos callejeros
gratuitos que concitan la atención de multitudes, son algunos de los
escenarios propicios para que el "punga" ejerza su actividad, obligando
a más de uno a cortar las vacaciones antes de tiempo por falta de
fondos.
No descuidarse, prestar atención, llevar la cartera
adelante y no colgada del hombro en el caso de las mujeres, la
billetera en el bolsillo más seguro en el caso de los hombres, son
algunas de las recomendaciones para no convertirse en víctima.
"Tampoco
hay que guiarse por la apariencia física. Hay muy buenas "punguistas"
mujeres, incluso señoras de 50 ó 60 años y hombres muy bien vestidos,
hasta con saco y corbata, y sin embargo son estafadores o ladrones
esperando su oportunidad", advirtió Salvá.
Otro tipo de delitos
son los que se cometen en los cajeros automáticos mediante sistemas
caseros para trabar la tarjeta de crédito o débito de la víctima de
turno.
"En ningún caso hay que aceptar ayuda de desconocidos,
porque tienen una gran habilidad visual para registrar la clave y nos
dicen, por ejemplo, que para destrabar la tarjeta hay que ingresar el
código tres veces seguidas. Cuando nos vamos, saben como extraer la
tarjeta y saben nuestra clave", explicó el jefe de la Policía
marplatense.
Otra estafa que suele verse en verano es la venta
en la calle, a precios irrisorios, de computadoras portátiles que, en
apariencia, están impecables, pero que en realidad sólo son el teclado
y la carcasa muy bien embalada.
"Se acercan a la víctima y le
ofrecen una notebook a 500 ó 600 pesos, diciendo que la acaban de
ingresar de contrabando y que necesitan plata", explicó Salvá.
Ladrones
que arrebatan carteras dejadas descuidadamente en alguna silla de
pizzería con mesas en la vereda; motociclistas que roban lo que pueden
a través de la ventanilla abierta, del asiento del acompañante, de
algún auto detenido en un semáforo; "cuenteros" de mucha labia capaces
de elucubrar las estafas más ingeniosas también forman parte de la
fauna delictiva del verano.
Según Salvá, estos "veraneantes poco
deseables" en muchos casos vienen de afuera, de otras ciudades e
incluso de algunos países limítrofes, pero también hay residentes que
tratan de aprovechar la gran cantidad de gente que llega a Mar del
Plata en el verano.
El Operativo de Seguridad Sol que monta la
Policía Bonaerense también está pensado para reducir al mínimo el
accionar de este tipo de delincuentes: "En Mar del Plata tenemos más de
700 efectivos extras que nos permiten a nosotros atacar todo este tipo
de delitos", dijo Salvá.
Más allá de la cantidad de uniformados que recorren el balneario, muchos otros policías lo hacen en forma encubierta, de civil.
No
obstante, más allá de la prevención y disuasión que implica la masiva
presencia policial en los centros de veraneo, estar atento ante este
tipo de delincuentes sin dejar por ello de disfrutar de las vacaciones
parece ser el mejor antídoto contra los delitos de verano.
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff