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Para Evo, la expulsión del embajador de EE.UU. desmanteló el complot contra su gobierno

El presidente de Bolivia, quien ayer evaluó la gestión de su gobierno junto a su gabinete, dijo que el ex embajador, David Goldberg, comandaba un complot en su contra.

"El próximo año tenemos muchas responsabilidades de carácter democrático", afirmó en relación al referendo por la nueva Constitución, programado para el 25 de enero.

El presidente boliviano, Evo Morales, sostuvo este martes que la expulsión del embajador de Estados Unidos durante 2008 permitió desmantelar una conspiración de los sectores conservadores contra su gobierno.

Según Morales, quien este martes evaluó la gestión de su gobierno junto a su gabinete, al reunirse en la ciudad de Cochabamba, el ex embajador estadounidense en La Paz, David Goldberg, comandaba un complot contra su gobierno.

Morales ordenó en septiembre la expulsión del embajador, a quien acusó de apoyar a la oposición conservadora regional y buscar la división de Bolivia, mediante el fomento a las autonomías departamentales.

"Después de soportar esa arremetida de la derecha, del imperio, yo no me equivoqué al momento de decidir que el embajador de Estados Unidos debía irse", dijo Morales en declaraciones que reprodujo la agencia Ansa.

El presidente reiteró que Goldberg "dirigía una conspiración contra la democracia y, por tanto, contra el gobierno", y previo a la expulsión, también ordenó que se marchara del país la organización norteamericana USAID, por considerar que también intervenía en asuntos políticos internos.

El gobierno de Morales también cerró la oficina que tenía la delegación de la DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos, en La Paz.

En septiembre, Washington replicó con la expulsión del embajador boliviano Gustavo Guzmán, interrumpió las preferencias arancelarias para productos bolivianos en el mercado estadounidense, y quitó a Bolivia la certificación que lo mostraba como un país que cooperaba en la lucha contra las drogas.

El presidente encabezó este martes la reunión de evaluación de la tercera gestión de gobierno para identificar y superar aquellos puntos considerados "débiles" de su gestión, además de asumir los desafíos del próximo año.

"El próximo año tenemos muchas responsabilidades de carácter democrático", afirmó Morales al destacar el referendo por la nueva Constitución boliviana, programado para el 25 de enero.