Los Esteros del Iberá, que en guaraní significa "agua brillante", tienen una extensión de 1.400.000 hectáreas y son el segundo humedal de Sudamérica y una de las principales reservas de agua dulce del mundo, y es la mejor oferta para el ecoturismo en Corrientes.
Antiguos cauces del Río Paraná formaron una compleja red de
humedales compuesto de bañados, esteros, lagunas, embalsados y
cursos de origen pluvial.
Los esteros son un depósito de agua con una profundidad que varía entre uno y tres metros, cubiertos por plantas acuáticas y una riquísima variedad de especies animales.
Los embalsados se forman por acumulación de tierra sobre el entramado de camalotes, lo que posibilita el arraigo y crecimiento de varias plantas e inclusive árboles.
La flora es riquísima en especies nativas como el espinillo, lapacho, palmera yatay, jacarandá, orquídeas, mburucuyá, irupés, nenúfares, lirios, jacintos de agua y helechos pequeños.
El cielo de los esteros es surcado por unas 350 especies de aves, entre ellas, garzas moras, cigüeñas, y biguás, mientras en las aguas claras de las más de 60 lagunas del Iberá se encuentran dorados, sábalos y mojarras, entre otra fauna ictícola.
Yacarés, ciervos de los pantanos, carpinchos y monos son algunas de las especies autóctonas y pueden verse con facilidad durante el recorrido en embarcaciones que se ofrecen a los turistas, con guías especializados.
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