A pesar de que hasta ahora se sostenía que los alumbramientos de primates tienen lugar durante la noche a fin de evitar la acción de predadores, un trabajo publicado en la revista especializada American Journal of Primatology podría indicar que no se trata de una verdad absoluta. Por Bruno Geller. Instituto Leloir.
Investigadores del Conicet informaron el registro de cuatro partos diurnos de monos aulladores en el nordeste argentino.
Estudios previos sobre primates sugieren que los nacimientos se producen solamente durante la noche a fin de evitar depredadores diurnos, proteger al recién nacido de ataques por parte de otros miembros del grupo y para que la hembra pueda descansar y recuperar las energías cuando cesan las actividades del grupo.
Sin embargo, una investigación realizada por científicos de Conicet, publicado en la edición de diciembre de American Journal of Primatology, describe cuatro partos diurnos de monos aulladores hembra registrados en dos sitios del nordeste argentino, en las provincias del Chaco y de Corrientes.
¿Cómo son en realidad los partos? “Durante los partos diurnos las hembras adoptan la posición de cuclillas y, con una o ambas manos, tiran de la cabeza de la cría para poder dar a luz. Después del nacimiento llevan a la cría a la posición de amamantamiento, cortan el cordón con los dientes, se comen la placenta y, recién después, se limpian y asean al recién nacido”, describe Silvana Peker, becaria doctoral de Conicet de la Estación Biológica de Corrientes (EBCo), dependiente del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”.
Según la autora del estudio, “las hembras no reciben ayuda por parte de algún miembro del grupo en ningún momento. Ni antes, ni durante, ni después del alumbramiento. Nuestras observaciones indican que en esta especie ocurren tanto partos diurnos como nocturnos.”
De acuerdo con Barbera Honnebier y Peter Nathanielsz de la facultad de medicina veterinaria de la Universidad Cornell, en Estados Unidos, los partos de los primates se desencadenaban durante la noche ya que la selección natural había favorecido mecanismos biológicos que hacían que los partos ocurriesen a la hora más apropiada para maximizar la supervivencia de las crías. “El problema es que ese patrón no es tal”, afirma Peker.
Los resultados que obtuvo junto a sus colegas son evidencia de que el patrón de nacimientos nocturnos en especies primates no es universal. En el trabajo también participaron los investigadores de Conicet, el doctor Martín Kowalewski, la licenciada Romina Pavé y el director de la EBCo el doctor Gabriel Zunino.
Para Peker, es necesario seguir investigando para saber más sobre los comportamientos de los primates no humanos asociados al alumbramiento.
Monos amenazados por el desmonte
Los Alouatta caraya o monos aulladores se adaptan a una gran diversidad de ambientes “Estos monos ajustan su dieta y organización social a las condiciones de cada sitio. El carayá está presente en las Selva Misionera, las Selvas en Galería, la Selva de Inundación y el Bosque Chaqueño Húmedo. El mono aullador negro y dorado habitan en el noreste argentino, el sur de Brasil, el nordeste de Bolivia y Paraguay. Esta especie posee la distribución más austral entre todos los primates neotropicales”, señala Peker.
Los machos son más grandes que las hembras y presentan pelaje de color negro, que se diferencia del color rubio de las hembras. “Viven en los árboles, pero bajan a tomar agua de las lagunas y a alimentarse de carbón y arcillas. También los hemos observado descender cuando la continuidad del bosque es interrumpida por la deforestación para trasladarse a otros sitios. En esos traslados están expuestos a los depredadores, fundamentalmente perros”, indica Peker quien junto a sus colegas recorre frecuentemente las regiones selváticas del nordeste.
Los partos fueron observados en extensiones de la Selva de Inundación, en la isla Brasilera, cercana a la zona de confluencia de los ríos Paraná y Paraguay, al noreste de la provincia del Chaco, y en los alrededores de San Cayetano, en la provincia de Corrientes. “Un lugar con un alto impacto de deforestación”, subraya Peker.
Intensa vida social
“La vida de los monos aulladores no siempre es pacífica. Se pelean con grupos vecinos, pero también se ayudan y cooperan entre sí, ya que se acicalan unos a otros, dentro de un mismo grupo. Cuando los observamos en el campo -con los binoculares- podemos visualizar a un grupo de monos sentados en pareja, acicalando al que esta al lado, para luego intercambiar los roles”, afirma Peker.
Asimismo, se dan casos de aloamamantamiento, es decir, hembras adultas que amamantan a infantes que no son sus hijos “e, incluso, pudimos comprobar que los pequeños caraya sufren el conflicto del destete”, afirma Romina Pavé, integrante del equipo de investigación.
Por otra parte, entre los machos de un mismo grupo, existe tolerancia ya que se unen para defender al grupo de machos invasores, pero no se producen peleas entre ellos.
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